La Guareña, con 36 casos activos, es la zona básica de salud con más incidencia del coronavirus en la provincia de Zamora. Según los datos de la Junta, el 0,68% de las tarjetas sanitarias de la zona está registrada como perteneciente a un paciente con COVID. Por contra, en Carbajales de Alba no hay casos. No se registra ninguno en los últimos catorce días. Estas dos zonas, la más afectada y una de las que menos impacto ha recibido de la pandemia, ilustran a la perfección la problemática a la que Zamora puede enfrentarse en las próximas semanas. Separadas por poco más de 40 kilómetros en línea recta, Carbajales -como sucede con la Alta Sanabria- pondría en riesgo esas dos semanas sin casos si se agiliza la movilidad.

Según los planes iniciales expuestos por Pedro Sánchez, la movilidad intraprovincial está garantizada desde las primeras fases de la llamada "desescalada". Es decir, salvo que medie orden del Ministerio de Sanidad, nada impedirá a ciudadanos de unas localidades desplazarse a otras. Es un plan que choca con los planteamientos que ha hecho la Junta de Castilla y León, que desde semanas habla de una desescalada que tenga por ámbito de actuación la zona básica de salud, estructura sanitaria básica de la comunidad autónoma. Así, los planes de la Junta permitirían salir de casa a los vecinos de los pueblos menos afectados y no a los de las localidades con más casos. El riesgo de que salgan a la vez unos y otros es evidente.

Con todo, Zamora cuenta cada vez con más zonas limpias. A Carbajales de Alba y Alta Sanabria, sin casos desde hace quince días, se suman otro puñado de áreas de salud que no han contabilizado ningún enfermo en la última semana. En Villarrín, Tábara y Mombuey no se contabilizan infectados desde hace al menos siete días. "La evolución es positiva, pero no podemos relajarnos", apuntó ayer Verónica Casado.