Un mes después de que el Gobierno decretara el confinamiento de la población y el primer paquete de medidas para frenar el golpe de la COVID-19 a la actividad económica, 2.054 empresas de la provincia han solicitado un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y son ya 7.265 los trabajadores afectados.

Desde el 16 de marzo, 68 empresas y 242 trabajadores se han visto afectados cada día por un ERTE. En términos comparativos, de los 31.213 expedientes solicitados a la Junta de Castilla y León con un total de 174.214 trabajadores afectados, la provincia acumula el 6,5% de todos los ERTES con un impacto del 4,7% sobre el total regional de los trabajadores afectados.

Las empresas zamoranas que se han acogido a esta medida económica ocupan el sexto puesto de la comunidad, pero dada la estructura de la actividad económica provincial, los efectos de la pandemia cuando se regrese a la normalidad "pueden ser muy duros", según explica Javier Díaz, economista y secretario de la Cámara de Comercio e Industria.

"En Zamora hay una base de industria primaria, agroalimentaria y auxiliar que, cuando se comience a retornar a la normalidad, dependerá de la oferta y de la demanda, pero posiblemente soportará mejor la situación que el sector servicios, que es fundamental y mayoritario en toda la provincia. La hostelería, el turismo, el comercio, va a sufrir duramente las consecuencias", cree Díaz.

El impacto de los ERTEs sobre la actividad económica provincial afectaría hoy por hoy a algo menos del 20% del tejido empresarial, con unas 12.000 empresas (incluyendo autónomos con trabajadores) y sin contar los cerca de 4.000 trabajadores del régimen especial agrario.