Ya lo había anticipado en la presentación de los dos cantaores -cantaora y cantaor- que actuaron el jueves día 13; completamente distintos pero muy interesantes. Así fue. Empezando por la malagueña de Álora, mostrando, como también había pronosticado en estas mismas páginas, toda una antología de cantes en desuso, poco o nada habituales en los repertorios de los artistas. En este aspecto, Antonia Contreras tiene un enorme mérito y está siendo referencia modélica para otros, por lo que cumplió con creces ante un teatro lleno y comprometido.

Abrió sola, esto es, sin la guitarra de Juan Manuel Caro, para abordar pequeña, pero interesantísima muestra de cantes a palo seco: pregón de los caramelos de Macandé, nana, temporera, toná y debla. Sale la bajañí para acometer zambra con versificación de Rosalía de Castro en preciosa interpretación. Continúan con la caña. Juan Ramón Caro ejecuta un solo por cantiñas para proseguir Antonia por malagueña de "Juan de la Cruz Reyes Osuna, El Canario de Álora, perote como yo, y muerto muy joven". Claro que murió muy joven, en Triana, con veintiocho años, de una cuchillada propiciada por el padre de La Rubia de Málaga a las puertas de La Nevería del Chino (Café del Burrero para el verano) el 13 de agosto de 1985. Sobre el luctuoso suceso, el insigne investigador flamenco, Manuel Bohórquez tiene un exhaustivo estudio titulado "El Cartel Maldito". Cierra la malagueña con jabegote y rondeña. También espectacular. Tangos, con guiños a El Chino de Málaga, Niña de los Peines y Extremadura. Llega el turno de las seguiriyas: La primera de Manuel Torre, segunda de Enrique El Mellizo y cabal del Loco Mateo. Cierra su actuación, y con ella la primera parte, por fandangos. Muy bien despedidos, cantaora y guitarrista, con abundantes aplausos.

Aparece Niño Seve solo, para afrontar melodías de "Ida y vuelta", se incorporan José Moreno al cajón y El Pele, con puesta en escena habitual; gorra a lo Ché y chaleco de grandes y llamativas rosas rojas, para iniciar por canción y centrarse en vidalita: "Mañana es San Valentín, y yo soy un romántico por lo que le pido que reparta mucho amor y mucho flamenco". Soleares, como todo su repertorio personalizado hasta el extremo de que a veces resulta difícil por no decir imposible la identificación. Ecos de Alcalá, Triana, soleá por bulerías y apolás. Siguen por alegrías, igualmente muy personales, para preguntar: "Qué queréis que os cante. Esta historia de amor va para todas las damas", sevillanas ("El pañuelillo"). Muchos aplausos. Continúan con dos fandangos. Los tangos "del moro", también acompañados y aplaudidos desde el auditorio para terminar por "Alfonsina y el mar" de Mercedes Sosa. "Como soy tan romántico voy a interpretar esta canción que no suelo hacer nunca, no sé si dos veces la habré hecho". Le cogió la guitarra a Niño Seve para desgranar la canción de la chilena con el evidente aflamencamiento y duende propio de este genio llamado El Pele.