Se oyó el rugir de los motores. Olió a gasolina. Y a rueda quemada. Hubo máquinas para todos los gustos, desde las legendarias Harley a las antiguallas que son apenas bicis con motor pero que aún funcionan. El centro de Zamora, el entorno de La Marina, se llenó, en fin, de ambiente motero, con la visita de parte de los asistentes a una de las citas más importantes del país, la de Motauros en Tordesillas.

El tiempo lluvioso impidió que se llegara a la cifra de moteros prevista, pero la organización se mostraba satisfecha con los aproximadamente 2.500 asistentes a la cita de Zamora, según los cálculos ofrecidos a este diario por Quique González, presidente de AMZ (Asociación Motocilista Zamorana).

A partir de las once de la mañana fueron llegando a Zamora, a cuenta gotas, los moteros bien solos o en pequeños grupos (el más numeroso, el de las Harley-Davidson) que enfilaron por el camino más corto y accedieron a la ciudad por el Alto de los Curas.

El grueso de la expedición llegó casi hora y media más tarde y esos sí realizaron el recorrido previsto, de entrada por la carretera de La Aldehuela y rodeo por Trascastillo y la Feria para alcanzar la plaza de Alemania y rodear La Marina, para estacionar en Santiago Alba Bonifaz y la avenida de Requejo.

La presencia de los centenares de moteros obligó a cortar durante toda la mañana y primera hora de la tarde Santiago Alba desde Cristo Rey, la avenida de Requejo de La Marina a Cardenal Cisneros y el tramo de Príncipe de Asturias entre La Farola y Amargura, donde se desarrolló el acto más vistoso de la concentración, la exhibición de los virtuosos de las piruetas, muy aplaudidos por un público que había tenido ocasión de probar la ternera de Aliste y el refrigerio de Gaza en La Marina.

El espectáculo motero o "stunt" contró con la participación de de tres de los mejores especialistas de España, como son Narcis Roca, del equipo BMW, Emilio Zamora, de Ducati, y el zamorano Angel Campos, que volvía a la actividad tras la lesión que tuvo el pasado año. Las acrobacias encima de la moto hicieron las delicias del respetable, que aplaudió a rabiar, junto con los derrapes y demás diabluras de los especialistas, no exentas de riesgo en el resbaladizo piso de la avenida Príncipe de Asturias, que seguía húmedo a pesar de que, por momentos, logró salir tímidamente el sol.

Los especialistas utilizaron tanto motos normales como quad de cuatro ruedas, que empinaban y tumbaban también en maniobras sin aparente esfuerzo, ante la atenta mirada de los aficionados, organizadores y también autoridades, ya que el jefe provincial de Tráfico, Eduardo Polo, quiso acompañar a los moteros en la concentración lúdica de Zamora.

El homenaje a Ángel Nieto, con la ofrenda de un ramo de flores en el pabellón que lleva su nombre y la degustación del almuerzo puso fin a la visita de Motauros a Zamora, aunque muchos de ellos prefirieron adentrarse en otras zonas de la ciudad para hacer un poco de turismo o perderse por los estupendos bares de tapas de la capital.