Teresa Peláez llevó a su hamster "Quesito", Claudia Pérez a su gato "Croqueta", Clara Roncero a su perro "Pipa" y Claudia Blasco a su jilguero "Pichi". Son cuatro jovencísimas zamoranas que siguen la tradición y acudieron a la puerta de San Antolín para bendecir a sus mascotas, junto a decenas de personas que llevaron sobre todo perros, pero también gatos, pájaros e incluso un hurón. El presidente de la Diputación, Francisco José Requejo, acudió con sus dos perrillos y formó cola para la bendición que impartía Narciso Lorenzo, flanqueado por el nuevo presidente de la Cofradía, José Agustín Nogales, que releva a Ángel Estaban tras 26 años en el cargo. Entre las nuevas ideas, colocar el santo en una base sobre un carro tirado por un borrico para suplir así la falta de cargadores; no es que no haya, pero no los suficientes para hacer una procesión de recorrido más largo. "Es solo una idea que hay que madurar", advierte Nogales que lleva muchos años en la hermandad, primero como secretario y luego como administrador.

Son 136 los hermanos de la cofradía, organizadora de los actos que empezaron con la mañana con una misa, la imposición de medallas a los cuatro nuevos hermanos, la procesión de la tarde de San Vicente a San Antolín, con bendición de animales y la subasta de roscas y productos de la tierra y la sanantonada de la cena. La imagen del santo está en San Vicente porque San Antolín tiene "mucha humedad".

Celebraron también la fiesta los miembros de la Cofradía del Cencerro, que vestidos de tratantes caminan con su burro "Boliche".