La Consejería de Fomento y Medio Ambiente exprimió al máximo las posibilidades inversoras de los Presupuestos Generales de la Comunidad de 2018, en vigor el pasado año y también éste, para licitar obras en Zamora por 4,01 millones de euros, obras que permitieron llevar a cabo actuaciones en algo más de veinte kilómetros de la red viaria autonómica. A pesar de la prórroga, la maquinaria puso sobre la mesa una treintena de contratos para actuar sobre 271 kilómetros en la comunidad por un valor total de algo más de 72 millones. La A-231 se llevó la mayoría del dinero, cerca de 19 millones de euros.

Según la información a la que tuvo acceso Ical, la maquinaria del departamento de Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero del anterior ejecutivo que se mantuvo en el nuevo gabinete, logró sacar a concurso 72,3 millones de euros en un ejercicio sin presupuesto nuevo, marcado por la celebración de cinco elecciones, entre ellas, la cita autonómica que dio paso al equipo de coalición de PP y Ciudadanos.

Por tanto, Fomento continuó con la ejecución del Bloque de Actuaciones Prioritarias, que recogía cuando se aprobó a principios de 2016 una licitación para cuatro años superior a 525 millones de euros, de los que 255 millones iban destinados al refuerzo y modernización, y 270 millones a actuaciones de conservación ordinaria. Además, en estos primeros semanas del año, el Ejecutivo continúa sacando a concurso obras, pese al margen que fijan las cuentas heredadas.

No obstante, parece que la Consejería está agotando la capacidad inversora que le permite ejecutar la prórroga. En la anterior legislatura, el Gobierno autonómico cerró 2018, el primer año de vigencia de los Presupuestos de la comunidad, con una licitación en carreteras de unos 150 millones, a los que se suman, tras el cierre de 2019, otros 72,3, lo que supone prácticamente la mitad. De momento, la Consejería tiene que seguir trabajando, al menos en este primer trimestre, con la prórroga que entró en vigor el 1 de enero. Además, Fomento tendrá que afrontar una nueva planificación al caducar este año el Plan de Carreteras 2008-2020, que se diseño en los años previos a la crisis económica y que la situación de las arcas públicas obligó a reorientar, en la práctica, hacia los proyectos de conservación y mantenimiento.