Los embalses y pantanos de la provincia de Zamora están por encima de la media de la última década gracias a las lluvias de las últimas semanas, lluvias que se registran después de uno de los veranos más secos y calurosos de los que se tienen datos. Según los datos del Ministerio de Agricultura los pantanos zamoranos acumulan, a día de hoy, 810 hectómetros cúbicos de agua. Es previsible, además, que las reservas de agua aumenten en los próximos días si se mantienen las lluvias, que volverán el domingo según las previsiones.

Las reservas de agua han aumentado en 22 hectómetros cúbicos en la última semana, lo que se traduce en un incremento del 1,25% que eleva el total acumulado hasta el 45,84%. Los porcentajes muestran que los datos, aunque buenos, no son para echar las campanas al vuelo. Los pantanos zamoranos están por debajo del cincuenta por ciento de su capacidad, algo que no deja de resultar normal en esta época del año, cuando el verano ha pasado y todavía restan por recoger las lluvias de parte del otoño, del invierno y las aguas del deshielo primaveral. En la misma semana del año pasado los embalses estaban un poco mejor, con 870 hectómetros cúbicos y rozando el 50%. La media de la década, de 785 hectómetros cúbicos, asciende a poco más del 44%.

Evidentemente, es Ricobayo el embalse que más agua acumula en la provincia. Con capacidad para 1.145 hectómetros cúbicos, Ricobayo acumula 491, bastante menos de la mitad. El aspecto general, pese a todo, ha mejorado en mucho en las últimas semanas. De los 22 hectómetros cúbicos ganados por el total de los pantanos en la última semana, 19 se quedan en Ricobayo.

Valparaíso está prácticamente lleno, con 148 hectómetros cúbicos de agua acumulada. Villalcampo está en idéntica situación, con 63 hectómetros cúbicos cuando tiene capacidad para solamente 66. Todos los pantanos han cerrado una buena semana con la excepción de Nuestra Señora de Agavanzal, que ha perdido cuatro hectómetros cúbicos.

Los datos recogidos en la última semana espantan el fantasma de una sequía como la registrada a finales de 2017 y principios de 2018. Los pantanos estaban entonces bastante por debajo de los 500 hectómetros cúbicos de agua acumulada.