Antonio tiene 64 años. Empezó a trabajar muy joven. Siempre se dedicó al mundo empresarial. Hace siete años, se arruinó y dejó a su mujer y su hija. Fue entonces cuando comenzó un calvario del que aún no ha salido. Sin ingresos, sin ayudas y sin un lugar donde vivir, cuenta que el centro de Cáritas de Madre Bonifacia ha sido para él una especie de salvación. "Siempre fui un gran trabajador, tengo mucha experiencia, pero la gente no me contrata. Muchas veces, incluso la sociedad nos desprecia. Existe rechazo, hipocresía y poca colaboración. Aquí he encontrado cama y comida, lo fundamental para sentirme como una persona de nuevo".

La situación de María Magdalena es diferente. Originaria del El Salvador, la violencia pandillera la obligó a abandonar su país con dos de sus hijos. Atrás tuvo que dejar a su marido y a otro de sus vástagos. Tras pasar por Valladolid, recaló en Zamora. "No teníamos donde vivir y en el centro nos abrieron las puertas y nos dieron ayuda, no solo un cobijo, sino también apoyo emocional, que lo necesitábamos". Ahora, cuenta, está empezando a salir adelante de nuevo. Estudia por las noches para sacarse el curso de auxiliar de enfermería, su mayor ilusión, mientras trabaja por las mañanas. Leonel, su hijo mayor, trabaja en Salamanca como informático, y su hija pequeña, Brenda, está matriculada en un colegio de la capital. "Llegamos sin nada y ahora estamos muy agradecidos a todos los que forman parte de este proyecto, desde los trabajadores hasta los voluntarios. Realmente no tenga palabras suficientes para agradecer todo lo que han hecho por mí y por mi familia".

Estos son tan solo dos ejemplos de las muchas personas que han pasado este año por el centro de acogida Madre Bonifacia de Cáritas Diocesana. Este año, cuenta María León Gago, su responsable, "hemos vivido un aumento del número de mujeres de mediana edad que están en situación de abandono por la pérdida de empleo y de su vivienda". En total, 816 personas atendidas en 2018. Personas, explica León Gago que "reciben ayuda Cáritas", pero que "necesitan un reconocimiento por parte de la sociedad para completar el trabajo de la organización".