La plaza de la Catedral acoge esta noche, por tercer año consecutivo, el Transgress Fest, la cita zamorana con la cultura más transgresora y creativa.

Se trata, ha asegurado el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Zamora, Christoph Strieder, de un festival que celebra "la música y el travestismo" y que busca "diluir la identidad de género y traspasar (los límites) entre uno y otro lado. No es tan solo una fiesta, sino (un espectáculo) que refleja temas que ayudan a reflexionar sobre el género". Un festival, en definitiva, "muy relacionado con el mundo carnavalesco y que pone patas arriba el orden por un día". Es por eso, ha dicho Strieder, que "es una suerte tener en la ciudad a alguien como Carlos Barrios", organizador del evento, "una persona que se ocupa de esta cultura y de esta música".

Entre los artistas invitados al festival de este año, Nenita Danger, que será además la anfitriona del evento. Estarán junto a ella Turpin, una banda madrileña de rock independiente, y La ogra que todo lo logra, que ha llegado a tener más de cuatro millones de reproducciones con su canción "Te borro del Faisbush" y que fue el vídeo más visto en España, México y Argentina durante diez días. También subirán al escenario Peka Minosa, quien ha compartido escenario con artistas como Karina, Sara Montiel o Soraya Arnelas; Toys Sarassas, una banda de hc punk maricore que busca "destruir todo los prejuicios y las etiquetas para simplemente celebrar la diversidad"; o Divino, un artista especial creador del alegato hecho clip. No faltarán tampoco a la cita Trench Dogs con sus estampados de leopardo y los sombreros de ala ancha y Karaokette Dam Glam, que ofrecerán un espectáculo de "varietés" para amantes de los bizarro y lo transgresor y que realizarán un repaso por algunos de los clásicos de la música, donde el público será parte importante del espectáculo.

Con entrada libre, el festival comenzará a las 19.30 horas y se prolongará hasta bien entrada la noche. De hecho, está previsto que se instale una barra de bebidas y una gastroneta donde se ofrecerá comida durante las actuaciones.

En relación a la polémica creada por las declaraciones del obispo de la ciudad, Gregorio Martínez, quien se ha mostrado muy crítico, como en años anteriores, con la ubicación del festival ya que considera que la plaza de la Catedral no es el lugar idóneo para acoger este tipo de espectáculos, el concejal Strieder ha aseguro que "la mayoría de los conciertos se celebran en Zamora se realizan en esta misma plaza". A lo que ha añadido: "Creo que nadie se debe sentir provocado por un tema que está en la sociedad y que es normal. Es como si fuese un concierto de Beethoven". El organizador del festival, Carlos Barrios, ha apoyado esta idea y ha asegurado por su parte que el espectáculo "es tan normal como uno de folclore o de reguetón".

Un festival, en definitiva, según ha asegurado Barrios "que navega en sentido opuesto a lo estándar y la tradición, que quiere llegar a ser sugestivo, pero sin ser inmoral, a la vez que rompe paradigmas gracias a la imaginación". Una propuesta en favor de la diversidad, la tolerancia y el respeto a todo tipo de cultura y música.