Aunque el verano de 2019 está siendo muy caluroso, debido a las olas de calor que se han sucedido en diferentes momentos de la época estival, también se trata de uno de los períodos vacacionales más variables de los últimos años, en algunos puntos incluso atípico. Ello se debe a los frecuentes cambios entre temperaturas en ascenso y en descenso, puesto que las etapas de calor extremo, que suelen durar entre tres y cinco días, dan paso a tormentas, lluvias o granizo.

Una vez finalizado el mes de junio de este año, debido a la fuerte ola de calor que afectó a gran parte de Europa, se consideró ese mes como el más caluroso de la historia, puesto que las temperaturas subieron 2 grados por encima de la media. En julio, la tendencia se mantuvo, aunque se superaron los valores del mes anterior, tan solo con un ligero margen. Es por ello que el mes pasado se considera ahora el más cálido a nivel mundial, históricamente. Zamora no escapa de los datos obtenidos por las estadísticas, y en los últimos años la capital ha registrado un incremento notable de olas de calor, que terminan en jornadas de tormenta y granizo. En muchas ocasiones, estos fenómenos causan importantes daños, así como los períodos de calor extremo suponen un alto riesgo, tanto para las personas como para los campos y bosques, puesto que el peligro de incendios aumenta.