Los herederos de García Casado han vendido el edificio de la plaza de Sagasta por una cantidad que supera los dos millones de euros. Según las fuentes consultadas por este diario, detrás de la operación podría estar una empresa, domiciliada fuera de Zamora. No se trataría, como erronéamente se ha pensado en un primer momento, de un notario de la ciudad. El edificio, que cuenta con una importante protección dentro del conjunto histórico-artístico de la ciudad, se puso a la venta hace dos años mediante un fallo judicial que estableció las condiciones del reparto de una siempre polémica herencia. La escritura, en cualquier caso y según las fuentes consultadas por este periódico, todavía no está firmada, por lo que la operación de venta se sustenta en estos momentos sobre un contrato privado entre las partes.

Levantado en 1950 (aunque la sociedad que lo ocupó se constituyó unos años antes) el inmueble tiene cerca de cuatrocientos metros cuadrados de planta y un total de cerca de 2.500 metros cuadrados construidos en varias alturas. Son, en total, diez viviendas y una superficie comercial que, entre sótano, planta baja y entreplanta roza los mil metros cuadrados disponibles.

Se desconocen los planes del comprador del edificio, uno de los representantes del gran pasado comercial de la ciudad, aunque lo más lógico es pensar en la rehabilitación de las viviendas, enclavadas en una de las zonas más importantes de Zamora, y en la adecuación de la zona comercial, que es de lejos la parte más valiosa del inmueble.

El edificio llegó a estar valorado en doce millones de euros en la época de la expansión inmobiliaria. Sin embargo, la delicada situación del comercio en Zamora y la pérdida de valor de la zona en la que está situado ha reducido su valor hasta las cifras actuales. En 2017, cuando se dictó la sentencia, se estimó un valor de unos seis millones de euros. La operación final se ha cerrado por cerca de la mitad de ese importe.