"¿Qué golfo del Mar Báltico está situado entre Suecia y Finlandia?". Era la pregunta 15 del último panel del juego de "¡Boom!", la que da derecho a llevarse el bote, y la que se había atragantado al equipo de Los Lobos una y otra vez durante los 505 programas que habían estado en antena. El mayor bote de la historia de la televisión en el mundo, 6.689.700 euros, era propiedad del equipo que después de dos años en antena, había pulverizado en récord de permanencia en un concurso televisivo, compuesto por Erundino Alonso, Manu Zapata, Alberto Sanfrutos (sustituto de José Pinto, que había abandonado del programa poco antes de fallecer) y el zamorano Valentín Ferrero, al que se debe la formación del grupo.

"Estoy feliz, genial, tranquilo y satisfecho", explica Valentín a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, en un descanso de la maratón de grabaciones televisivas que aún espera a Los Lobos, ya que aparecerán en numerosos programas de la cadena en la que han hecho historia.

"Nos habíamos quedado en los últimos días a falta de una respuesta y con la sensación de haber sabido contestarlas porque las sabíamos las dos, pero no te llega a la mente en el momento. Estábamos calentitos. El problema es que el programa que llevábamos era malísimo, porque en la bomba de plata fallamos mucho y veía que nos íbamos, que nos echaban. Pero mira lo que son las cosas, de repente un programa que era malísimo se convirtió en el mejor".

Y es que pese a vencer una y otra vez a sus contrincantes, Los Lobos nunca lograban superar la última fase: el bote parecía un reto inalcanzable: "Hemos pasado por todas las situaciones, de pensar esto es imposible, no merece la pena tanto esfuerzo, a pensar esto es una cuestión de paciencia. Yo siempre tuve la sensación de que era un reto de fondo, de aguantar, que algún día caería y así ha sido. Pero es como cuando estas en la mili que parece que no vas a salir nunca, cuando de repente un día sales".

"Pensaba que como habíamos estado tantas veces cerca del bote, el día que pase de verdad ni me voy a alterar. Pero qué va. Fue una emoción muchísimo más grande de lo que había imaginado, es una cosa para vivirla, increíble, qué subidón. Me quedé afónico de los gritos que dábamos allí. Solo recuerdo gritar y abrazarme a mis compañeros", recuerda Valentín de este momento.

Y es que Valentín es el gran culpable de la hazaña de Los Lobos. Fue su mujer, Victoria, la que le animó a formar un equipo para presentarse a "Boom", dadas sus demostradas cualidades para los concursos televisivos tras su paso por "Saber y ganar".

"Mi situación vital estaba bastante atascada y desesperanzada. Profesionalmente sabía que en la universidad no tenía futuro, estaba buscándome las castañas en la secundaria, pero claro, eso es muy pesado, estaba con el cáncer que todavía no lo había superado, me faltaba una operación todavía por hacer. Era un momento de esos duros que tiene la vida, y fue Victoria la que me dijo que probara lo de "¡Boom!", porque daba más dinero que "Saber y ganar", donde había estado". Y a esa tarea se puso. Contactó con Erundino , al que conocía de "Saber y ganar", con Antonio Ruiz, que le dijo que no porque en ese momento estaba en "Pasapalabra" (se llevaría el Rosco, con 1,1 millones), y a otra amiga, Ana, que también le dio calabazas, aunque le puso en contacto con Manu Zapata. El navarro estaba en paro e inmediatamente le dijo que sí.

Para completar el cuarteto Valentín se fijó en José Pinto, el ganadero de Casillas de Flores que triunfaba en "Saber y ganar". Le escribió una carta con su nombre y el del pueblo, "y de inmediato dijo que sí". El grupo esperó a que acabaran las "Extremis", las cuatro mujeres que dominaban "¡Boom!" en ese momento, pasaron el casting e iniciaron una brillante carrera televisiva, en la que no sólo han sido los mejores contestando preguntas, sino que se han metido a los espectadores en el bolsillo por su cercanía y simpatía.

Al principio compaginaba la labor docente con la participación en "¡Boom!", hasta que le ofrecen un contrato universitario de 250 euros mensuales, que rechaza: "Ganaba más en el concurso". Y a él se dedicó profesionalmente.

Y durante este periplo Valentín Ferrero se ha convertido en un auténtico embajador de Zamora, ciudad y provincia que aparece en todas sus anécdotas. "Soy zamorano, aunque haga tantísmos años que no vivo allí. En el programa te piden que cuentes anécdotas de tu vida muy tus experiencias y uno se queda un poco en la adolescencia y la juventud, que es cuando pasas de la niñez a hacerte adulto. Cuando empiezas a tirar de recuerdos resulta que las vivencias más gordas las he tenido en Zamora. Me reconozco zamorano, ni se me ha ido el acento". Cada vez se iba haciendo más consciente de esos recuerdos de la tierra, "y cada vez que tenía oportunidad lo decía más conscientemente, voy a hablar del río, y de la rana...jugábamos en el Club Naútico y el bar Oviedo". Y hablaba de Sanabria, que recorrió el excursiones montañeras hasta conocerla como la palma de su mano. Claro que "la Zamora de la que he hablado es la de mi juventud, que no sé si existe", confiesa Valentín.

El caso es que Valentín y sus compañeros se han llevado el bote más lo que llevaban acumulado de ganancia por los concursos diarios; 6.689.700 euros a repartir entre cuatro, que después de retenciones e impuestos se reduce, aunque sigue siendo una suma muy cuantiosa. "Tanto dinero me produce respeto y prudencia. No quiero meterme en aventuras y gastos locos ni hacer estupideces, sino aprovechar lo que he ganado para llevar una vida tranquila. El premio me preocupa, pero no en sentido dramático o de agobio". Se lleva también la amistad eternas con los otros Lobos: "un bote de leche condensada de vida".