Probablemente, al pensar en un ukelele lo primero que viene a la cabeza es la típica imagen de los nativos hawaianos tocando este instrumento en una playa paradisíaca. No en vano, parece que su origen se puede datar a finales del siglo XIX, cuando una flota portuguesa proveniente de Madeira arribó en el puerto de Honolulú. Algunos tripulantes decidieron quedarse como carpinteros y crearon un híbrido con la forma del "cavaquinho" y sus cuatro cuerdas, pero con una afinación similar al "rajão" (otra especie de guitarra) de cinco cuerdas. Es entonces cuando nació el ukelele o pulga saltarina, según la traducción del idioma local de la isla.

Más de un siglo después, este instrumento de sonido tan reconocible y peculiar se ha ido haciendo un hueco en España. Ya hay asociaciones en Madrid, Barcelona o Valladolid y poco a poco se va haciendo habitual escuchar la música de sus cuerdas en Zamora gracias al empeño de Marta Serrano, profesora en un colegio de Benavente y creadora el Club del Ukelele de Zamora. "Sé que no es un instrumento típico aquí", asegura, pero "es perfecto para acercase a la música, porque no es demasiado complicado de tocar y además permite cantar a la vez".

El club tan solo llevan algo más de un mes en marcha, pero ya cuentan con una veintena de participantes, que se han unido con ilusión a este proyecto. Se reúnen cada vez que pueden para tocar. La próxima "ukedada", que así se llaman las reuniones para tocar el ukelele, será mañana domingo a las 11.00 de la mañana en la playa de los Pelambres. Una cita a la que se pueden unir también otros instrumentos como "kazoos", melódicas y pequeña percusión, además de cantantes. Una fiesta musical abierta a todos.

Comienzo en las aulas

Todo comenzó en clase. Marta Serrano es profesora en un colegio de Benavente. Dice que quiso cambiar la clásica flauta, que suele ser el instrumento más habitual en los colegios, por otro más fácil de tocar. "Los niños estaban desmotivados, así que dejé la flauta a un lado y aposté por el ukelele porque además con este instrumento se puede además cantar".

Fue a través de la "gamificación" de la educación y el llamado "flipped classroom", que consiste en realizar vídeos para que los alumnos los vean en casa con la parte teórica de la asignatura para luego tan solo dedicar la clase a la parte práctica, donde Serrano se dio cuenta de la implicación de los alumnos.

Un proyecto de aprendizaje musical en primaria y secundaria a través de este instrumento que además ha sido distinguido con el segundo premio Espiral en la edición de este año.

Un impulso más para el club, al que se han unido muchos padres y madres de los alumnos del centro. "Quise sacar el ukelele de la escuela y hacerlo llegar a más gente. No tan solo a los alumnos del colegio".

Y es que en su afán por expandir la afición a este instrumento, han organizado también talleres en el Museo Etnográfico, con gran éxito de asistencia, con los que han querido acercar el sonido hawaiano a la capital del románico.