¿Quién heredará el asiento que deja libre Mayte Martín Pozo al frente de la Diputación Provincial? De momento, no hay respuesta sin riesgo a esa pregunta. Los datos de la encuesta publicada hoy por LA OPINIÓN-EL CORREO dejan en el aire el futuro gobierno de una institución que tradicionalmente ha sido el símbolo del dominio del Partido Popular en Zamora. Ahora, el posible desplome de la formación de centro-derecha en los ayuntamientos de la capital y de Benavente abre la puerta a una mayoría de izquierdas, aunque todo dependerá de cómo evolucionen los resultados en las comarcas.

En lo que se refiere al partido judicial de Zamora, donde se reparten 15 de los 25 asientos del Pleno provincial, el PP cuenta ahora con siete diputados, por los cuatro del PSOE, los tres de Izquierda Unida y el de Ciudadanos. Si los datos de la encuesta sobre el resultado de la capital se dieran el 26 de mayo, el coste del desplome para los populares sería de, al menos, un representante en la Encarnación.

Eso, casi independientemente de lo que suceda en los otros 111 municipios que pertenecen a este territorio, en el que lógicamente la capital tiene un peso decisivo. Los populares aspiran a mantener su ventaja en los pueblos, pero ceder doce puntos porcentuales en el Ayuntamiento de Zamora les arrebataría un diputado que iría directamente a manos de su verdugo en la ciudad, Izquierda Unida.

La organización dirigida por Miguel Ángel Viñas explotaría su crecimiento en la capital para sumar otro diputado en la provincia, a pesar de su escasa implantación en el resto de la zona. Actualmente, IU tiene tres representantes en la casa, y pasaría a cuatro gracias a una subida que le llevaría a captar el 44% de los apoyos en Zamora ciudad.

Estos son los datos más fácilmente extrapolables que deja la encuesta de cara al futuro de la Diputación. Pero también mantiene algunas incógnitas abiertas, varias de ellas determinantes para prever cómo será el futuro mandato en la provincia. La subida de Ciudadanos y la pequeña bajada del PSOE en la capital ponen en cuestión la entrada de un segundo representante naranja a costa de una bajada de los socialistas que, como el PP, fían el mantenimiento de su fuerza a su músculo en los pueblos.

¿Y qué pasa con Benavente? La encuesta le otorga un triunfo claro al socialista Luciano Huerga y un castigo duro al Partido Popular de Beatriz Asensio, que perdería la mitad de los concejales y un tercio de sus votos. También coloca en la institución a Ciudadanos, que tendría complicado pelear aquí por uno de los puestos que reparte el partido judicial en la Diputación.

En el caso de Benavente, los 56 pueblos de la zona otorgan cinco representantes en la institución provincial. Ahora, el PP cuenta con tres y el PSOE tiene dos. Pero la situación podría dar un vuelco, no solo por el cambio de tendencia en el municipio más grande del territorio, sino también por los cuatro pueblos en los que los populares renunciaron a presentar candidatura y en los que perderán 400 votos antes del paso por las urnas.

En este caso, lo que penaliza a Ciudadanos es su falta de candidaturas en 48 de los 56 pueblos. La formación naranja necesitaría un resultado aún mejor en la cabeza de la comarca para compensar su carencia de listas y pelear por un asiento por la zona.

De este modo, con el escenario que dibuja la encuesta, a falta de saber la evolución del voto en los pueblos, la mayoría absoluta del Partido Popular está en riesgo. La formación de centro-derecha necesitaría mantener sus trece diputados para conservar el poder en solitario, sin depender de ningún tipo de acuerdo, y eso pasaría por sostener mucho más la caída en la capital y amarrar el diputado en el aire de Benavente.

Teniendo en cuenta que los dos diputados de Toro y los dos de Sanabria se repartirán equitativamente entre los actores del bipartidismo, salvo cataclismo, y que el de Villalpando se lo llevará el Partido Popular, la formación de una mayoría podría convertirse en un puzle de difícil encaje. Por la izquierda se abre la esperanza de que pueda sumar un bipartito como el que manda en la capital, pero a la inversa, con el PSOE al frente; mientras que el PP aún podría confiar en contar con Ciudadanos como muleta para que José María Barrios sea el próximo presidente provincial.

Sea como fuere, los resultados de la encuesta tan solo indican una tendencia que los electores deberán confirmar o corregir el próximo 26 de mayo en las urnas. Y antes de eso, seis días de campaña electoral.