En Zamora, de momento, solo "fichan" algunos. Ese es el balance de las primeras horas tras la implantación del control horario obligatorio para las empresas que tienen, al menos, un trabajador en plantilla. La medida, que afecta a 6.000 entidades en la provincia, obliga a los empresarios a llevar un registro de la jornada laboral de sus empleados, y tuvo una acogida dispar entre los afectados. Las dudas siguen surgiendo a la espera de que el Gobierno defina con mayor claridad cómo se debe enfocar esta situación.

De hecho, esa inquietud llevó a algunos a "pasar" de la normativa en las primeras horas desde su implantación. La dueña de una farmacia en un barrio de la capital expresó su desazón y su escepticismo ante la utilidad de un control que espera que, al menos, no conlleve un gasto extra: "Son todo trabas para los autónomos", indicó la responsable del negocio, que apuntó que tan solo cuenta con una empleada y que no tenían problemas con los horarios.

En otros casos, la ausencia de control respondió al retraso a la hora de adquirir la tecnología que van a utilizar para aplicarlo. En algunos de estos negocios, los trabajadores ni siquiera tenían noticias sobre la implantación del sistema. Sí sus jefes, que ya han encargado una máquina que permitirá a los empleados "fichar" a través de la huella dactilar. Ese modelo se repetirá en varios establecimientos de Zamora capital.

Sin embargo, lo más habitual este lunes entre quienes sí se han puesto al día fue el control a través de un documento escrito de registro. Los empresarios cuentan con una plantilla oficial para anotar los horarios de entrada y salida de sus empleados. Los propios interesados tendrán que firmar ese documento, que deberá ser almacenado por el dueño del negocio para mostrarlo en una hipotética inspección de trabajo.

En el caso del presidente de Azeco también tuvo que ponerse al día con la nueva normativa. Lo hizo, según confirmó a este medio, de buen grado: "Lo hemos encarado con normalidad. Ya veníamos avisados", explicó el representante de los comerciantes, que gestiona una farmacia en el centro de la ciudad y que utiliza, desde este lunes, un sencillo programa informático para "fichar". Los empleados tan solo tienen que pulsar un botón en una aplicación instalada en el ordenador, que registra la hora y almacena los datos.

Prieto señaló que los empresarios tienen "facilidades" para llevar a cabo la implantación de este control horario y remarcó que, tanto CEOE como Azeco, "han ido avisando". "Además hay varias herramientas y se puede hacer en papel", subrayó el representante de los comerciantes.

En ese sentido, Ruperto Prieto celebró una medida que servirá para que "cada uno reciba lo que le corresponde" por su trabajo. "Permitirá que todo esté regulado y controlado. Hay sectores en los que será muy interesante", insistió el responsable de Azeco, que considera que el abanico de opciones que alberga la normativa convierte la aplicación de la ley en un proceso "sencillo". "Creo que hacer las cosas bien tampoco es algo que haya que imponer", concluyó.

Menos optimistas y más expectantes están los sindicatos ante las posibles implicaciones de esta batería de medidas para el control horario en las empresas: "Todavía hay un sentimiento de que no se sabe lo que va a pasar con esto", aseguró el responsable de UGT en la provincia, Ángel del Carmen, que reclamó prudencia hasta que haya "instrucciones claras" por parte del Gobierno.

Por eso, los sindicatos se encuentran a la espera para "aconsejar" a los interesados: "Hay mucha gente que todavía no lo ha puesto por este motivo", reconoció Del Carmen, que exigió "un registro fiable" para que los trabajadores estén protegidos y la medida les pueda beneficiar, como indica el sentido de la ley.

Esa situación de espera podría prolongarse durante unas semanas, y es que tendrá que pasar un tiempo para ver cuál es el sistema que se impone y qué grado de flexibilidad tienen las empresas a la hora de establecer el tipo de registro que utilizan. Mientras tanto seguirán las dudas y las curas en salud que muchos han optado por poner en marcha a través de las anotaciones en papel.