"Ni la cárcel, ni la enfermedad, ni la guerra ni la muerte. "Nada es terrible", sostiene el psicólogo y escritor Rafael Santandreu en su último libro, quien cuelga el calificativo de "terribilitis" a esa forma contraria de enfrentar las adversidades que la vida nos coloca delante, a "la tendencia a decirte a ti mismo que cualquier adversidad es terrible". El remedio está en "activar la renuncia, que es alegre y liberadora", estar dispuesto a "renunciar a todo lo que la vida te haga renunciar", sostuvo ayer el invitado del foro de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA durante su charla. Frente a lo negativo, siempre puede existir un aspecto positivo al que agarrarse y resurgir: "si te deja tu marido, siempre puedes decir ¡qué bien, yo creía que lo necesitaba para vivir y puedo hacerlo sin él!".

El ejemplo más claro de esa capacidad de renuncia para ser feliz son nuestros abuelos o los supervivientes de los campos de exterminio nazis, como el psiquiatra austríaco Víctor Frankl, quien logró "ser muy feliz porque se concentró en sus posibilidades de hacer cosas valiosas en ese internamiento: ayudaba a otros presos" . Todos ellos vivían sin las "superexigencias del hombre de hoy", por las que "nos volvemos locos". Si eres capaz" de prescindir de ellas, "te asombrarás, parece que necesitamos viajar, estudiar, saber idiomas, estar en forma y al día, delgados..., nuestros abuelos ni se lo planteaban". Llegado a este punto, Santandreu aconseja ser "mentalmente austeros, disponer de las ventajas de la vida moderna, pero desde una mente de preferencia, no de exigencias", lo que se traduce en el planteamiento de "me gustaría ser actor en Hollywood, pero no lo necesito", se puede ser feliz sin llegar ahí", apunta el autor de "Las gafas de la felicidad" y "Nada es terrible".

El psicólogo aconseja sortear la infelicidad con una actitud que impida "quedarse pegado al deseo de ser guapo, tener una vida perfecta, tener pareja, una casa maravillosa...". Una disposición que evita convertir el deseo en "necesidad absoluta". Estas son algunas de las claves que defiende Santandreu para que el ser humano logre se feliz. Recomendaciones que despliega en sus libros, en los que insta a desear sin ser esclavos: "está bien desear, pero no necesitar absolutamente".