"Vengo a contaros lo que es la Semana Santa de Zamora cuando uno no ha tenido ni padres cofrades, ni tradición familiar. Cómo la vivimos los que no tenemos sitio para dormir y a los que nos cuesta estar toda la semana y alternamos el camino de Sanabria con el de la capital". El sociólogo, escritor y politólogo Manuel Mostaza Barrios se dirigía ayer con estas palabras al público del paraninfo del Colegio Universitario para pregonar la Semana Santa zamorana dentro del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Con unas reflexiones que "nacen del corazón", este sanabrés confesó sentirse "perplejo y agradecido" a partes iguales por este papel de divulgador de la Pasión zamorana. "Los zamoranos somos gente pudorosa, y nos enseñan desde pequeños a no mostrar los sentimientos. Quizá por eso nos da a todos especial respeto hablar en casa. Uno va a la tele, a la radio, pero sabe que nada lo impacta más que hablar ante los suyos", reconoció.

Su misión desde el púlpito del foro del periódico era "contar cómo entendemos la Semana Santa los que nos fuimos. Los que quizá ya nunca volvamos. Pero los que sabemos que, estar aquí esta tarde invitado es una de las más hermosas distinciones que Zamora puede ofrecer", subrayó.

Para Mostaza, "desde el respeto", los zamoranos en la diáspora asisten cada año "impresionados a esa metamorfosis que la Pascua opera en nuestra levítica ciudad. Una metamorfosis que impresiona: en un mundo fatuo, poblado de tuits y de "me gusta" a cada minuto, impresiona ver la Zamora que entre todos construís -construimos- durante esta semana para rememorar, no lo olvidemos, la pasión y muerte de Jesús, un hombre al que llamaban el nazareno, una muerte ocurrida hace más de dos mil años a más de cinco mil kilómetros de aquí", resumió.

También aprovechó para hacer gala de su identidad de zamorano, algo que descubrió durante la infancia en su Sanabria natal a través del periódico de LA OPINIÓN DE ZAMORA, "ese periódico que hojeaba sin entender bien lo que leía y que me hizo formar parte de esa comunidad que formamos decenas de miles de zamoranos que nos emocionamos con esta tierra, estemos donde estemos", afirmó.

Fruto de, de acuerdo con su visión de sociólogo "de un proceso de centralización política y administrativa del Estado y de la consolidación de una razón romántica que permite una mirada diferente al pasado por parte de las élites urbanas", Mostaza desgranó la Semana Santa zamorana a lo largo de la historia, pasando por la crisis del barroco, la monarquía ilustrada, la ocupación francesa o las sucesivas crisis a lo largo de los siglos. Todos estos procesos han dado como resultado la tradición que ahora se conoce y se disfruta. "La Semana Santa que hoy conocemos en Zamora es hija de la España de la postguerra y del desarrollismo que transformó el país".

También señaló el pregonero que estos días "representan el triunfo de la imagen sobre la palabra" y puso como claro ejemplo uno de los desfiles más célebres de la ciudad, como es el de la cofradía del Silencio. "Ese carácter austero, mesetario, castellano, es una de las señas de identidad de esta tierra. Castilla está construida por la soledad que genera silencio y que llevamos grabado a fuego desde hace siglos", describió.

Haciendo un recorrido por todas las hermandades, Mostaza indicó que en esos días son muchas las clases de fe que se unen, "la fe inocente del niño, la fe humilde del hijo del pueblo y la fe más trabajada del intelectual", enumeró.

Tras el pregón, como es tradicional, llegó la actuación musical, que este año contó con la participación del intérprete de la viola Javier Tobal Salcedo, miembro de la Asociación Cultural Berdión, encargado de poner el punto y final a este llamamiento a disfrutar de la Semana Santa zamorana.