Respecto al ámbito didáctico, donde trabajan ambos ponentes, lamentan que la educación artística y cultural se haya visto perjudicada por "la ola de cientifismo, que ha premiado las últimas reformas educativas, quitando un peso excesivo a las materias creativas, como las relacionadas con las artes plásticas y la música". Un trazado que va en discordancia con los numerosos estudios que otorgan el mismo peso educativo a estas materias que a las más científicas. "Cada una desarrolla facultades y competencias diferentes en nuestros pequeños. Acreditan sensibilidad, creatividad e imaginación, imprescindibles en el desarrollo personal, además de ser muy valorado en diversos ámbitos profesionales", defienden, para añadir a continuación el cimiento que otorgan para un posterior crecimiento cultural, "gracias a la facilidad de aprender y aprehender por uno mismo la cultura, la historia y el arte de nuestro entorno", destacan. Creatividad, criterio estético o imaginación conforma la larga de lista de beneficios que aportan a los alumnos, "que amplían capacidades básicas de carácter emocional y comunicativo que, a la larga, supone una apertura de horizontes o, lo que es lo mismo, oportunidades", finalizan.