Se comprometió, como nueva fiscal jefe de Zamora, a combatir la corrupción, a acabar con un delito "terrible", con el enriquecimiento ilícito de unos cuantos en detrimento de las inversiones en sanidad, educación, asistencia social... María Cordero Borges, primera mujer que accede dirigir la Fiscalía Provincial, se propone defender, ante todo y con mano firme, los derechos e intereses de los ciudadanos.

- En su toma de posesión manifestaba su intención de trabajar para que la Fiscalía fuera una institución imparcial, acotaba usted que "como siempre ha sido", pero en los últimos años, a raíz de los casos de corrupción, se ha cuestionado esa labor transparente y objetiva.

-El fiscal trabaja siempre bajo el principio de legalidad e imparcialidad. Me sorprende, a veces, que las personas duden de ello: el fiscal defiende el interés general, el común, y actúa siempre en favor de la víctima, de la persona que ha sufrido una vulneración de sus derechos. No atiende a más interés que el del ciudadano y la Ley. Es imparcial por encima de todo, no tenemos intereses privados que defender.

- ¿No cree que ha dañado la imagen de los fiscales la actuación de la Fiscalía General del Estado en algunos casos de corrupción política?

-Quiero ser prudente, desconozco esos casos y cómo se ha actuado, los medios de comunicación, a veces también, dan una imagen interesada, que no es la correcta. Creo en mi profesión y en mis compañeros, hay grandísimos profesionales y veo que siempre actúan en función del interés general. Los casos que se llevan desde la Fiscalía Anticorrupción, en la Audiencia Nacional, son muy conflictivos, pero quiero pensar que no hay presiones y que se actúa como en fiscalías pequeñas, pensando en la víctima.

- En estos largos años de carrera profesional, ¿ha tenido alguna presión cuando ha trabajado en algún asunto que dañaba a alguien influyente?

-Jamás, jamás, nunca me he sentido presionada por nadie, nadie me ha dicho que tenía que hacer algo que no debiera y, si se hubiera dado el caso, jamás habría accedido a hacerlo.

- Le pregunto porque es usted zamorana y quizás es difícil trabajar cuando se conoce a quien se va a juzgar.

-Los fiscales trabajamos en equipo, seas jefe o fiscal de a pie, somos un equipo, nos gusta pensar en alto. Cuando alguno tiene un asunto entre manos, aunque ya lo tengas estudiado y hayas visto qué delito existe, qué pruebas existen para acusar, siempre se habla entre todos. Nos gusta contrastar los distintos puntos de vista. Siempre digo que el fiscal piensa en alto entre sus compañeros para ir convencido de lo que va a hacer. Y siempre existe la opción de abstenerse en un asunto.

- ¿Alguna vez ha tenido que apartarse de alguna investigación por conocer al acusado o a la víctima del delito?

-Cuando estudio un asunto y conozco al encausado, se lo paso a un compañero. Nunca he hecho nada que no crea que debo hacer, ni lo haré, nunca he dejado de hacer mi trabajo por conocer a alguno de los encausados. Sí me he encontrado en causas de delitos leves con caras conocidas (ni amigos ni familiares), hago mi trabajo, me abstraigo y aplico la Ley de forma rigurosa. De hecho, normalmente la gente se siente avergonzada al verme. Todo el mundo me conoce en Zamora, tengo fama de ser estricta y un poco dura.

-Decía en su discurso que perseguirá de forma contundente al corrupto.

-Son delitos con los que hay que terminar. En una sociedad avanzada, moderna e igualitaria, no podemos consentir esas conductas, esos enriquecimientos injustos a costa de los demás, tenemos necesidades en sanidad, en educación, en asistencia social y que, por una mala praxis, una falta de honradez y de valores fundamentales, prime el obtener dinero de forma ilícita para ser más ricos, me parece tremendo.

-¿Es uno de los delitos que más le preocupa y enerva?

-Efectivamente, esos delitos desprestigian a toda la clase política, a las administraciones y salpican a todo el que trabaja en las instituciones. La imagen que se proyecta es de que todos los que trabajan en las instituciones buscan su enriquecimiento y eso es terrible porque no es verdad, hay grandes servidores públicos en la Administración y no merecen que se les juzgue por unos cuantos. No creo que los corruptos sean muchos, sí que, una vez que delinquen, reinciden.

-La Fiscalía de Zamora ha sido dura con casos de corrupción, con condenas importantes como en la trama solar; de alcaldes y concejales por prevaricar. Pendiente de juicio está el caso de la sal, del fraude a Fomento, que investigó el anterior fiscal jefe, ¿será usted la fiscal que intervenga en el juicio?

-El fiscal jefe anterior, Rafael de Vega, presentó el escrito de acusación justo antes de dejar el cargo, ahora están las defensas preparando los escritos. Y tiene previsto pedir permiso en la Fiscalía General del Estado para venir al juicio, él inició el caso y ha trabajado muchísimo. En caso de que no le concedan el permiso, tendré que ser yo la que asuma ese asunto por su entidad, con penas que superan los 50 años de prisión, y el volumen de acusados, 15 en total.

-¿Confían en tenerlo atado para que los imputados acaben con una pena de prisión?

-El fiscal cuando acusa considera que hay indicios suficientes y pruebas de cargo contra las personas a las que acusa, busca la condena. Siempre que acusamos creemos que hay pruebas para la condena.

-En no pocas ocasiones, el fiscal se encuentra con una absolución aunque haya trabajado duro, ¿resulta frustrante?

-La profesión del fiscal es, a veces, ingrata, realiza muchísimo trabajo antes de ir a juicio y, a veces, por falta de pruebas, de poder desarrollar una actividad probatoria completa, se dictan sentencias absolutorias. Yo me puedo disgustar porque creo que debería haber habido una condena. Otras veces, creo que nuestra tarea no ha sido en vano y que, aunque el acusado sea absuelto, sabrá si se merecía o no llegar a juicio, si merecía o no la condena. Creo que se consigue la función preventiva, ese trabajo que no se ve, pero queda en la sociedad. Eso quiero pensar.

-¿Cambiarían las cosas si la instrucción la llevase siempre el fiscal como reivindican?

-En Europa, solo llevan la instrucción los jueces en Bélgica y en España; en todo el entorno, en EE UU..., es el fiscal. La instrucción es la recopilación de diligencias para investigar si existen indicios del delito, de la autoría, qué ha pasado y porqué, el fiscal la dirigirá en función de lo que necesite para acusar, es quien lo va a usar. En España tenemos que dar cuenta al juez de cada paso, ahí perdemos tiempo y eficacia. Pero para asumir la competencia tendríamos que ser más y con más medios, se precisa una reforma integral.

-¿La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que acorta plazos de investigación fue una maniobra política para bombardear la investigación judicial, la intervención de la Fiscalía en casos de corrupción política?

-No lo creo, cuando se establecieron los plazos se estaba con la implantación de la justicia digital y eso también influyó, se pretende agilizar las causas. En Zamora, rápidamente se solicitó la declaración de causa compleja, para ampliar los plazos de investigación, en aquellos asuntos que requerían más tiempo para tramitarlos, por lo cual ninguna causa que estuviera pendiente caducó.

-Ustedes se mostraron contrarios a esa reforma.

-Sí, porque somos los que tenemos que pedir la declaración de complejidad en causas que están en un juzgado, que tramita un juez, donde el fiscal no puede controlar si el plazo inicial de seis meses expira. Las ampliaciones son de 18 meses y se pueden solicitar prórrogas sucesivas.

-La violencia de género, en pleno debate social ante su cuestionamiento por parte de Vox, fue otra de las prioridades que se fijó para estos cinco años al frente de la Fiscalía Provincial, ¿la Ley debería derogarse?

-No se puede derogar. La violencia de género es una realidad que, desde que yo empecé a trabajar, en lugar de desaparecer o reducirse a situaciones puntuales, ha ido incrementándose. Es terrible que haya mujeres viviendo en esa situación. Y sus hijos creciendo en un ambiente de terror y de miedo.

-¿Han aumentado las denuncias?

-Hace años las mujeres eran más reacias a denunciar porque, quizás, no querían que su entorno familiar o social supiera de su situación, ocultaban el calvario en el que estaban. En la actualidad, creo que sigue habiendo mujeres que no lo dicen, que tienen tanto miedo que son incapaces de denunciar, están aterrorizadas. Hay mujeres que se sienten, a veces, poco protegidas, que creen que no se les vas a ayudar todo que se necesitan. Hay muchísimos casos. Es complicado, es un delito que ocurre en la intimidad de la pareja.

-¿Qué debe hacer esta sociedad para ayudar a las mujeres maltratadas?

-Lo primero, educar y formar. Me sorprende que continúe dándose el maltrato en parejas jóvenes, que no se sepan respetar, que las mujeres sufran violencia física y psicológica, me parece que hay que terminar con ello.

-El fiscal especialista en Violencia de Género es partidario de que, cuando la víctima no quiera testificar en el juicio para ratificar la denuncia, se dé por válida esa primera testificación.

-Por supuesto, el delito es perseguible de oficio y el fiscal mantiene siempre la acusación, actúa de oficio, aunque la víctima retire la denuncia o se acoja a su derecho de no declarar en el juicio.

-¿Debería modificarse la Ley de Violencia de Género para que el juez condene aunque la víctima no testifique en el juicio?

-El juez absuelve cuando no hay otras pruebas, pero muchas veces las hay: la policía ha visto indicios, a la mujer herida... Cuando solo existe la declaración de la víctima, el juez se ve sin prueba para condenar y absuelve, pero el fiscal, incluso cuando hay sentencia absolutoria, puede recurrirla.

-Se está extendiendo la idea de que existen muchas denuncias falsas de maltrato, que la mujer las usa para favorecerse en divorcios o separaciones.

-No lo creo, habrá casos aislados, no es la generalidad. Si la mujer da el paso y denuncia es que vive una situación terrible en pareja.

-¿Han aumentado las agresiones sexuales a mujeres?

-No lo creo, siempre se han denunciado, siguen siendo, por desgracia, las mismas.

-¿La Fiscalía está a punto de concluir la digitalización?

-Es un proceso abierto y se trabaja constantemente en mejorar el sistema, habrá aún bastantes novedades en la modificación de los programas, ya que fiscales y jueces todavía trabajamos con programas diferentes, pero se está trabajando en ello.

-¿Los problemas en el proceso de digitalización han reducido la agilización de la Justicia?

-Costó al principio, tuvimos que adaptarnos a los programas, pero ahora se es más ágil, todas las diligencias, los trámites procesales son mucho más rápidos y las notificaciones llegan inmediatamente, los plazos se acortan.

-La reivindicación de más medios humanos viene siendo una vieja aspiración.

-Somos nueve fiscales, nos gustaría ser alguno más y, sobre todo, a mí me gustaría que se dotara mejor a la Secretaría, creo que los funcionarios son pocos y asumen mucha carga de trabajo.

-¿Cuántos funcionarios precisarían?

-Al menos, un par de ellos, porque en la Fiscalía entran y salen asuntos de todos los once juzgados de Zamora capital y provincia, del Juzgado de lo Penal, de la Audiencia, informes del Contencioso y de los de lo Social. Se sigue trabajando con asuntos en papel y digitalizados..., seguimos siendo los mismos de hace once años.

-La implantación de la Oficina Fiscal, ¿para cuándo?

-En febrero podría quedar instaurada, para ello se quiere firmar un protocolo entre los funcionarios y la jefatura de la Fiscalía, estamos estudiando unos borradores donde se especifican las funciones de cada funcionario, pero no supone aumento de plantilla ni cambio de atribuciones.

-Era la fiscal especialista en maltrato animal y tenía fama de ser dura con esos delitos.

-Me parece que el trato que se da a los animales habla de una sociedad, una persona que es capaz de hacer daño a un animal demuestra mucha maldad o peligrosidad. Me parece terrible. Y si se carece de medios económicos para atender una explotación, se pone en conocimiento del servicio de Ganadería e intervienen esos negocios. Hay medios para evitar el sufrimiento de los animales.

-¿Se ha avanzado en la prevención de los incendios?

-Sí. Hay menos provocados, que obedecen siempre a intereses económicos, de cotos de caza o de ganaderos. Las imprudencias, quemas incontroladas, han bajado. El problema es la despoblación, el monte está abandonado, no hay ganaderías, ni personas que trabajen en el campo, eso influye y las consecuencias del incendio son más graves, hay que salvar la vida de las personas, el fuego llega a veces al casco urbano, antes limpio de maleza en sus alrededores.

-¿Y los de medio ambiente?

-Sí, el zamorano está muy concienciado, tampoco hay muchas industrias.

-El Juzgado de Menores, ¿continúa siendo necesario?

-Por supuesto que sí, la Fiscalía desarrolla mucho trabajo, instruye, toma todas las declaraciones de los delitos denunciados, e interviene en la protección del menor.