Los cuerpos de la Guardia Civil y la Policía Nacional en la provincia de Zamora mantienen un centenar de plazas vacantes que, unidas a los recortes en las plantillas y el cada vez mayor envejecimiento de los efectivos, podría suponer a corto plazo un "hándicap para garantizar un servicio de calidad". Eso es lo que piensan los sindicatos de ambos cuerpos en declaraciones recogidas por Ical. Y es que, según los datos ofrecidos por el Ministerio de Hacienda, solo en este territorio se han recortado casi medio centenar de plazas en los últimos cinco años. Extendiendo la cuenta hasta el conjunto de la comunidad autónoma de Castilla y León, el número de plazas amortizadas es de más de 600 y el de vacantes de 1.400 en total.

La reducción de plantillas en la Guardia Civil y la Policía Nacional arrancó con la crisis económica y ha derivado en una importante merma de los efectivos tanto en Zamora como en el conjunto de la región. De las 1.400 plazas que existen sin cubrir en la comunidad, cien de ellas se encuentran en este territorio. A nivel regional, de ese total de puestos sin cubrir, cerca de 800 corresponden a la Guardia Civil y el resto a la Policía Nacional. Además, tanto desde la Unión Unificada de Guardias Civiles (AUGC), como desde los sindicatos policiales, se advierte de una excesivo envejecimiento de las plantillas, circunstancia que supone "un hándicap a la hora de garantizar un servicio de calidad", según informan los expertos consultados.

En este sentido, desde la Confederación Española de Policía se reclama que la reposición de las plazas mantenga más estabilidad, dado que la convocatoria de grandes promociones junto a años en los que ni siquiera se han cubierto las jubilaciones, provoca "picos" en la edad media de las plantillas que no resultan operativos y jubilaciones "masivas". En el caso del Instituto Armado, el mayor número de vacantes con relación al catálogo de puestos se registra en Burgos, con 167 agentes menos, por delante de Segovia (102), León (96), Ávila (89), Salamanca (87) y Soria (82). La mejor situación la presenta Palencia, donde solo se encuentran sin cubrir 12 plazas, Zamora (69) y Valladolid (78).

En el caso del Cuerpo Nacional de Policía, la peor situación se registra en Valladolid, aunque en esta ciudad se concentran unidades de ámbito regional y otras como la Unidad de Intervención Policial (UIP), que también actúa en otras regiones. En el caso de la capital vallisoletana, son 190 las plazas sin cubrir de un catálogo de 830, según datos de la Confederación Española de Policía (CEP). Después se encuentra la comisaría de Burgos, con 51 plazas sin cubrir sobre un total de 328; Salamanca, con un déficit de 45 plazas (283) y Segovia con 42 vacantes (217).

Por el contrario, la plantilla mejor cubierta es la de la comisaría de León, con sólo 16 vacantes para un total de 311 efectivos. En Ávila, con un catálogo de 174 plazas están sin cubrir 30, el mismo número que en Soria, aunque en este caso la relación de empleos es de 136. En Palencia el déficit es de 36 agentes (211) y en Zamora de 28 (163).

Entre 2011 y 2015, según datos de la AUGC, la Guardia Civil registró a nivel nacional una pérdida de 4.263 efectivos dentro de la de escala de Cabos y Guardias (-6,5 por ciento) y un descenso de 406 efectivos en la escala de Suboficiales (-6,24 por ciento). En Castilla y León la evolución ha sido similar y el pasado año el número de efectivos en la Comunidad era de unos 6.500 agentes, lo que ha supuesto la pérdida de medio millar de agentes en solo cuatro años.

Además, según un informe de la Asociación Unificada de Guardias Civiles al que tenido acceso la Agencia Ical, el actual despliegue del Instituto Armado en la comunidad autónoma de Castilla y León es "obsoleto e ineficaz" y además de no prestar un buen servicio a los ciudadanos, también supone un obstáculo principal para desarrollar una jornada laboral adecuada. En este sentido, la asociación denuncia que son numerosos los acuartelamientos de la Comunidad con plantillas de menos diez guardias civiles, "totalmente ineficaces e inútiles, puesto que operativamente no pueden prestar el servicio necesario en sus poblaciones". Además, también se critica que esta situación se acentúa en periodos vacacionales, donde la plantilla se reduce al mínimo, lo que provoca que se repita una escasez de personal "hasta el punto de que una sola patrulla debe cubrir la zona de tres cuarteles y en ocasiones hasta de seis cuarteles".

Las cifras, por lo tanto, resultan preocupantes tanto para los propios profesionales como para la ciudadanía, que en un futuro próximo deberá enfrentarse a un relevo generacional que ahora mismo está sufriendo el freno institucional.