Comenzó como dibujante de ciencia ficción y serie B, pero el éxito le ha llegado con un cómic basado en "Poeta en Nueva York" de Lorca. "Tenía este proyecto en mente desde hacía años, pero no me sentía con la capacidad ni artística ni técnica ni filológica para abordar un tema así", reconoce Carles Esquembre, que ayer presentaba su obra a alumnos de Secundaria en una nueva edición de los Encuentros Literarios, organizados por la Biblioteca Pública del Estado.

Finalmente, su corazonada de que Lorca y cómic podían ser una buena combinación ha dado un excelente resultado y el libro ya va por su tercera edición. Interesa esta versión sobre viñeta de un libro "que narra una época convulsa, con el final de los felices años 20 y el crack del 29", explica el artista alicantino.

E interesa no solo al público habituado al cómic, sino que se abre a un mercado más amplio. "Es un libro que ha funcionado muy bien dentro del cómic español, pero supongo que es porque ha vendido mucho a lectores que son ajenos a este mundo. Ha interesado a profesores, a gente que lee poesía y a los amantes de Lorca", enumera Esquembre.

Es también una original manera de acercar a los jóvenes el mundo del poeta granadino. "Llegar a vender a la gente más joven la idea de este libro es un concepto que me parecía interesante, sobre todo presentándolo como un libro casi de zombis, de muertos vivientes. Porque "Poeta en Nueva York" es una obra cuya principal protagonista es la muerte y el amor martirizado. Y así les podía parece más interesante a los adolescentes, si veían que no era una cosa árida y de difícil comprensión, sino que podían conectar con temas más oscuros o existencialistas en un momento concreto de sus vidas", argumenta.

Llega también en un momento donde el cómic español está en alza. "Sí que hay más visibilidad y muchas publicaciones y editoriales. Hoy en día, parece más sencillo que nunca publicar, porque también hay más posibilidades de impresión y las tiradas son muy cortas", describe, aunque advierte sobre que "esto no significa que el autor de tebeos pueda vivir solo de su trabajo, porque esta industria es muy pequeña y no da para pagar lo que cuesta hacer un trabajo de estas características. Yo he estado trabajando un año y medio", pone como ejemplo. En su caso, "Lorca, un poeta en Nueva York" ha funcionado muy bien en el mercado, "pero, en general, se habla de tiradas muy pequeñas; si un libro de cómic vende mil ejemplares en España, ya se convierte en un best seller", asegura.

De lo que no hay duda es de que los viñetistas nacionales son muy apreciados y demandados. "De hecho, yo diría que muchos dibujantes españoles están trabajando para los mercados más potentes del cómic, como son el americano y el franco-belga. Exportan al autor español y, además, lo bueno es que ni siquiera se tienen que desplazar a ese país, trabajan desde casa", valora.

Próximamente verá la luz el próximo trabajo de Esquembre, "La brigada de Linconl", donde, con guion de Pablo Durá, se adentra en la vida de los voluntarios estadounidenses que llegaron a España para ayudar al gobierno de la República a luchar contra el fascismo. "Para mí hay un nexo de unión con mi anterior trabajo, porque ambos arrancan en Estados Unidos y está muy presente el tema del racismo. Son asuntos que he tratado en los dos cómics, transcurren al final en el mismo universo y se convierten en libros de denuncia social, algo curioso, porque siempre he estado profesionalmente desligado de todo esto y parece que voy a ser conocido por ello", sonríe, mientras confía en que esta nueva aventura gráfica "sea también un éxito".