El proyecto integrado que lidera la CHD, y en el que participan también la Junta, la Fundación Patrimonio Natural, el Somacyl y la Diputación de Ávila, además de otros muchos "acompañantes", se ha centrado en esa zona dado que la gestión de las aguas subterráneas está considerada como "uno de los mayores retos de la cuenca del Duero" que además supone "un elemento diferenciador" respecto a otras iniciativas de agua clásicas, además de que es una de las zonas más secas de la Comunidad y tiene problemas de gestión ante la existencia de "miles" de pozos.

El objetivo final de la recarga del acuífero profundo es "muy ambicioso" y a medio o corto plazo se puede calificar como un fin "imposible", pero lo que sí es "realista" es la recarga más superficial para que su recuperación influya en la mejora de los ecosistemas acuáticos y terrestres asociados a esta masa de agua. Aunque la sobreexplotación de esta masa de agua es evidente, se quiere trabajar para "revertir la situación actual" y no llegar a "extremos" de colapso como se están dando en el caso del río Guadiana en las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) e incluso en el Parque Nacional de Doñana (Huelva).