Kepa Junkera es el gran responsable del proyecto "De mano en mano", el libro-disco que llega a los quioscos el próximo domingo, de forma exclusiva con LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Además de ser uno de los mejores acordeonistas del mundo, Junkera tiene esa otra faceta de productor, de descubridor de nuevos talentos, como ha demostrado recientemente a través de los discos grabados con las jóvenes "sorginak". En este caso, habla del motivo que lo llevó a proponerle a Luis Antonio Pedraza el lanzamiento de un trabajo que "va a ser muy importante para Luis y para Zamora".

- ¿Por qué decide confiar en un músico zamorano al que conoce desde hace poco tiempo?

-En mis viajes, en los festivales, yo siempre soy muy curioso, te fijas en aquello que te llama la atención y de ahí mi admiración a Zamora en el ámbito histórico, cultural o gastronómico. Así fue como conocí a Luis. Yo soy también txistulari y, en cambio, todo ese sonido de vuestra flauta, el que tenía Quique Almendros y ahora Luis, siempre me ha llamado la atención. Una melodía con más aire, sucio en el sentido de bello. El txistu se ha ido perfeccionando más, pero en estos años me he ido interesando por estos sonidos más recios. Cuando grabamos unos temas en León, le sugerí que girara un poco su carrera y que mirara directamente hacia su pasión.

- Y le sugiere grabar un disco...

-Sí, era una intuición basada en mi experiencia. Desde luego, no le iba a ofrecer llevar a cabo un proyecto que luego no se pudiera realizar. Luis confió desde el primer momento en mí, aunque no era fácil. Él se plantea las cosas para mejorar, pero si le das muchas vueltas, te paralizas. En ocasiones, tienes que vencer el temor a defraudar para llegar al terreno de la confianza, del disfrute, de la ilusión. Es lo que le he intentado transmitir.

- Después, se va desarrollando hasta parecerse mucho a cualquiera de sus proyectos.

-Se parece a otros proyectos visualmente, es cierto. Le propuse a Luis que contara su vida hasta ahora. Yo estaba seguro de que él tenía muchas cosas que contar. Y la idea fue contar una historia, una canción, con cada uno de los tambores que tenía. Pero dentro de una desnudez, con pocos elementos. Justamente ahora, que hay una obsesión por meter muchas cosas. Todos son temas importantes para él. Lo aceptó, pese a tener momentos de dudas. El resultado es algo muy especial, único. Atreverse a hacer un proyecto tan desnudo es de aplaudir y yo le agradezco la confianza. Amigos de otros países que han escuchado canciones están gratamente sorprendidos. La Península tiene una riqueza increíble y se puede hacer música contemporánea con ello, sin perder los orígenes. Ahí surgió la idea de escribir sobre el tambor, como si fuera la piel, y la idea del "de mano en mano", que me ha encantado. Es un proyecto redondo, sencillo y muy bonito.

- Y su experiencia con Zamora y la Semana Santa ha quedado plasmada en el último tema, ¿cómo se ha gestado?

-Estuve en el Museo de Semana Santa y me quedé impresionado, emocionado. Siempre me han gustado los ritmos, las cadencias, las repeticiones? ese latido. Cuando tuvimos todos los tambores en el estudio se me ocurrió una cadencia. Me imaginé Zamora y su ritual, lo que para mí significaba eso, una especie de procesión. Todo desde el respeto a la transmisión familiar. En el disco hay pequeñas voces de personajes de la provincia que a mí me emocionan mucho.

- Los zamoranos lo vemos cada día más por aquí, esta tierra forma parte ya de su vida, ¿verdad?

-Para mí es un orgullo. Puede que haya gente que le guste ir a París o a Londres por efecto de la globalización, pero a mí me gusta mucho lo que tengo al lado de casa. La música es el vehículo que me permite adentrarme en nuevos lugares. Zamora ya no es turismo para mí, ya no es lo mismo. Es una emoción que me ha regalado la música. Me cuesta explicarlo. Es como lo que sentí con "Galiza" o con "Fok", en el caso de Galicia o Cataluña. Tampoco yo voy a ser lo mismo para Luis.

- Cuéntenos en qué otros proyectos trabaja actualmente.

-Después de "Fok", la música de los Países Catalanes, he sacado a la luz "Kirineok", la colaboración con una cobla que conocí en aquel disco. También he hecho un disco sobre el arpa de Josep María Ribelles, un trabajo precioso, y este de Luis.

- ¿Y con las jóvenes "sorginak"?

-Estoy preparando un tercer disco, después de "Maletak", que va a ser muy sorprendente. Y luego voy a seguir con esta faceta mía de ayudar a la gente con nuevos trabajos, que para mí es muy importante desde el punto de vista emocional.