Es conocida en las redes sociales como Wonder Woman (Mujer Maravilla) por su lucha contra los grandes bancos desde su puesto de presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), colectivo que ella misma creó tras ser víctima, hace ya una década, de una estafa bancaria con su hipoteca.

-¿Con qué credenciales se presenta la Asociación de Usuarios Financieros?

-Se trata de un colectivo a nivel nacional de consumidores y usuarios, inscrita en el Registro Estatal de Asociaciones de Consumidores y Usuarios (Reacu), lo que le otorga una legitimación a la hora de defender a los consumidores. En Zamora llevamos trabajando mucho tiempo con cláusulas suelo, preferentes o hipotecas multidivisa y ahora estamos centrados en la quiebra del Banco Popular. Estamos personados como acusación popular en el Audiencia Nacional, porque las cuentas no eran reflejo fiel de la situación real de la empresa y, por tanto, consideramos que se ha engañado a todos los accionistas, como sucedió con Bankia.

-¿Hay muchos afectados en Zamora?

-Nos consta que hay muchísimos clientes y es el momento de explicarles que, de la misma manera que la salida a bolsa de Bankia fue fraudulenta y que la gente fue recuperando su dinero, en el Banco Popular hemos estado esperando un año para recoger indicios y tener pruebas para aportar en las demandas informes tanto periciales como de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Es lo que nos da sustento y seguridad para intentar que la gente pueda recuperar su dinero.

-¿Es el momento de dar un paso hacia adelante?

-Animamos a los afectados a reclamar, porque, aunque llevamos diez años de reclamaciones judiciales, la realidad es que un porcentaje muy pequeño es el que reclama. El resto es el que está pagando la factura a la banca.

-¿En qué sentido?

-Existen dos grupos, principalmente. El primero son los contribuyentes, porque con nuestros impuestos no solo hemos rescatado bancos. Los tribunales de justicia, que están totalmente colapsados con demandas que todos sabemos que se van a ganar y que a la banca le interesa ralentizarlas para pagarlo dentro de muchos años, tienen jueces, abogados y demás empleados de justicia que pagamos nosotros con nuestros impuestos. La justicia no debería estar al servicio de las grandes corporaciones, en este caso las entidades financieras, que se permiten retrasar el pago de todo lo que tienen que devolver.

-¿Quién compone el otro grupo de pagadores?

-Los propios afectados. Un pequeño porcentaje reclama y recupera su dinero, pero el 80% no reclama ni lo hará jamás, con lo cual les sale muy barato a las financieras colocar cláusulas abusivas y engañar a sus clientes. Al final, el coste económico que supone el pagar a los consumidores que reclamen no es tan alto. Ni el coste reputacional, teniendo en cuenta que luego son absorbidos por otros bancos.

-¿Cómo debería ser una correcta conducta de las entidades financieras?

-Cuando cualquier empresa sale a bolsa tiene que depositar el folleto, la salida y las cuentas de la entidad. Si lo que deposita es falso, es estafa y está engañando al accionista. Por eso se devolvió el dinero de las acciones de Bankia y por eso se devolverá el del Banco Popular, que cuenta con 300.000 afectados en toda España.

-¿Esta realidad es preocupante en España?

-Existe un informe reciente de la Comisión Europea sobre la situación en toda la UE y el panorama en España es escandaloso, en ningún otro país de Europa se ha colocado todo lo que se ha hecho como aquí. Es tremendo.

-¿Por qué cree que son tan pocos los afectados que reclaman?

-Creo que hay muchos factores disuasorios, como son la lentitud de la justicia, la creencia de que demandar a un banco no es viable o los problemas de financiación que esta medida puede acarrear, porque se considera que si se reclama al banco, este ya no va a prestar más dinero. Por otra parte, hay una especie de "matrimonio" con la entidad que, por ejemplo, ha otorgado la hipoteca. Pero de lo que no se da cuenta el usuario es de que lo único que está haciendo es devolver el dinero prestado con intereses. Un banco es un negocio, se trata de un establecimiento que no regala el dinero, por lo que no hay que estar agradecido de que te haya concedido la hipoteca.

-¿Cómo se podría animar a que los perjudicados denuncien?

-Los tribunales, aunque sean lentos, están a favor de los consumidores, las sentencias se ganan y además con costas, así que normalmente el pleito no cuesta dinero. Por otro lado, en Asufin tenemos abogados especialistas que saben de lo que hablan, que ganan sentencias y están comprometidos con la causa, así que están en buenas manos. Van a tener además una hoja de encargo justa.

-¿Esto último también es un freno a la hora de acudir a los juzgados?

-Es verdad que la industria litigiosa ha venido muy bien para que la gente demande, pero hay que tener en cuenta que nada es gratis. Nosotros no cobramos nada al principio, pero sí dejamos claro al final lo que le va a costar el procedimiento al usuario. Cuando tú te metes en un procedimiento, tienes el riesgo de tener que pagar las costas del adversario si pierdes. Así que, aunque el abogado diga que si pierdes no le pagas nada, sí habrá que pagarle a la otra parte.

-¿Cómo se gestiona en Asufin el tema de las costas?

-Al ser una asociación de consumidores, la demanda la pone Asufin y los asociados no tienen el riesgo de tener que pagar las costas del contrario, porque lo asume la agrupación al tener otro tipo de estructura.

-¿Qué otros beneficios, más allá de los reportados al propio afectado, tiene el denunciar?

-Si no se reclama, no se modificará la conducta. Se trata de hacer ver a las entidades financieras que no vamos a permitir una relación con el banco como la que teníamos antes, por mucho que uno de los trabajadores sea nuestro amigo. El banco tiene que tratar al cliente con respeto. Cuando compras una prenda y no te gusta, la tienda de ropa te devuelve el dinero, porque el cliente manda. Tenemos que hacerle ver al banco que los clientes también mandamos y tenemos nuestros derechos, que hay que reclamar. No es tanto que la cantidad sea pequeña o grande, sino que ese dinero es tuyo.

-¿De qué está más orgullosa tras una década al frente de Asufin?

-Estamos logrando muchas cosas, sobre todo que el enemigo nos respete, porque no hay nada más desagradable que una entidad financiera piense que una asociación de consumidores no va a conseguir nada por que demande. A Asufin le tienen miedo, saben que ganamos. De hecho, a mí me conocen como Wonder Woman en las redes sociales. Nos respetan y eso es muy importante.