La Diócesis de Zamora, a través de Cáritas, asume la gestión de la casa sacerdotal, tras haberse abordado en una reciente sesión extraordinaria del consejo presbiteral, al irse de la diócesis las seis religiosas de avanzada edad que se ocupaban de ella. "Colaboremos todos en que esta experiencia salga bien porque así ha sido pensada, proclamada y diseñada", precisó ayer el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán en el transcurso de una misa celebrada en la iglesia de San Andrés con presencia de numeroso clero y de religiosas de otras órdenes que despedían a las Carmelitas Misioneras Teresianas que han servido durante 34 años en la casa sacerdotal San José y que ahora abandonan la diócesis.

En prelado aseguró que su deseo es "dotar de continuidad" el centro donde residen los presbíteros más ancianos. "En esta diócesis pequeña, pobre y despoblada tenemos una Cáritas floreciente y qué mejor que situarla en la casa sacerdotal para que los sacerdotes mayores puedan beneficiarse de su experiencia", ahondó el obispo Gregorio Martínez.

El modelo que Cáritas Diocesana podrán en marcha a partir de la próxima semana será el que desarrolla en las residencias que dirigen. "Son 17 sacerdotes válidos por lo que nos encargaremos en la casa la limpieza, comida y del acompañamiento en las gestiones que tengan que realizar", aclaró el vicario episcopal para Asuntos Sociales, Antonio Jesús Martín de Lera, quien indicó que "asumirán los trabajadores" que las seis monjas tenían y a mayores no descarta el contratar a "dos o tres personas".

Además, en la homilía el prelado exhortó a los residentes en la casa sacerdotal a que "sea conocida y vivida por toda la diócesis como una imagen buena, creada por vosotros mismos", mientras que a los sacerdotes más jóvenes les indicó: "No podéis utilizar solo a los sacerdotes para que os ayuden. Como es nuestra, hay que venir, hay que estar, hay que comer, hay que compartir con los sacerdotes que residen allí. No se puede vivir en pisos buenos y después hablar, sin ver, sin estar, sin visitar, sin acudir".

El obispo de Zamora agradeció de manera "sincera y ferviente" a las seis religiosas que hasta ahora atendían la casa sacerdotal "los años que habéis estado a nuestro servicio" y remarcó que "no ha sido una decisión del obispo sino de la congregación la que ha decidido que no continúe esta experiencia". Gregorio Martínez Sacristán añadió: "Dondequiera que estéis, dondequiera que vayáis las que ahora estáis en el último eslabón de esta cadena, donde han estado muchas hermanas antes que vosotras, contaréis siempre, donde haya un zamorano, con el agradecimiento y el recuerdo".

Al concluir la eucaristía, la superiora provincial de las Carmelitas Misioneras Teresianas, la hermana Olga Olano, tuvo unas palabras de reconocimiento y agradecimiento en nombre del instituto religioso que deja ahora la Diócesis de Zamora. Puso voz a las hermanas que "a lo largo de estos años han tenido la oportunidad de realizar su misión atendiendo a los sacerdotes residentes de esta casa".