Óscar Maniega es técnico en terapias asistidas con animales y trabaja en Benavente, donde desarrolla con el Ayuntamiento el proyecto "Huellas que marcan emociones", que consiste en terapias asistidas con perros a personas con diversidad funcional o canoterapia. Actualmente tiene tres perros operativos con los que hace terapia e impartirá una conferencia en la Can We Run, en el Bosque de Valorio el 9 de junio por la tarde, en la que hablará sobre su proyecto Heymacan y sobre su trabajo. El evento está organizado por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y Prensa Ibérica, y está patrocinado por el Ayuntamiento de Zamora y Fundación Caja Rural. Cuenta con la colaboración además de la asociación "Corriendo con el Corazón de Hugo", CocaCola, Advance, Trixie, Boomerang, Grupo Siro y la protectora Scooby Zamora.

-¿Qué le parece la iniciativa Can We Run?

-Muy buena, muy positiva y en parte también para que se vaya conociendo más el mundo del perro.

-¿En qué consiste la terapia asistida con animales?

-Consiste en motivar, sobre todo, a los niños con diversidad funcional con un tipo de terapia que les aporta lo que los seres humanos no les podemos aportar. Les da una motivación y una concentración que nosotros como seres humanos no les podemos dar. Lo más importante es que los perros no juzgan nunca y eso los niños con diversidad funcional lo perciben automáticamente.

-¿Qué niños asisten a la terapia?

-Depende, desde niños con trastorno del espectro autista, síndrome de Williams, síndrome de Down.

-¿Qué se hace en la terapia?

-Depende de cada usuario. Se puede trabajar la coordinación, la concentración, la relajación. Trabajamos secuencias numéricas, con los niños que tienen capacidad para leer trabajamos la lectura y si se equivoca leyendo, el perro les corrige, por ejemplo. Con las personas que son disléxicas trabajamos para diferenciar izquierda de derecha. También jugamos a los bolos, al fútbol, al escondite, todo ello con mediación del perro porque es nuestro compañero de trabajo.

-¿Qué beneficios tiene la terapia asistida con animales?

-Se está demostrando científicamente que lo que aporta la terapia asistida con animales es incalculable. Desde niños que la frecuencia cardiaca la tienen elevada y cuando haces una técnica de relajación con el perro, que es tumbar al niño encima del perro, en zonas concretas, la presión arterial disminuye, por ejemplo. La comunicación que llega a tener el usuario con el perro tanto verbal como gestual, contigo no la llega a tener. Un caso que me llamará la atención toda mi vida es que en el primer proyecto que yo empecé uno de los usuarios tenía síndrome de Down, tenía 44 años y había dejado de hablar hacía entre año y medio y dos años. Gracias a la terapia conseguimos que volviera a hablar, que hiciera frases con el perro, no mantener una conversación como mantenía antes, pero sí conseguimos que hablase.

-¿Antes es necesario adiestrar a estos perros?

-Sí, esto lleva un proceso casi desde el día que nacen, si es posible desde el día que nacen, que estés en contacto con ellos y les haces unas manipulaciones extremas y estás trabajando con ellos desde antes de que abran los ojos. Hasta los 18 meses no se debe empezar a trabajar con un perro en terapia, no se debe por el bien del perro.

-¿Cómo comenzó a trabajar en terapias asistidas con animales?

-Soy cetrero y en una de las exhibiciones con aves de presa había un niño con trastorno del espectro autista. Al terminar la exhibición, la madre vino emocionada a darme las gracias porque el único estímulo que había conseguido despertar una emoción a su hijo había sido un ave que vio volar. A raíz de aquello, empecé a buscar más información y es como quise empezar con esto y me formé en Madrid.