Ya ha pasado más de una década de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica. Sin embargo, su absoluta aplicación sigue siendo una entelequia. Pese a la voluntad institucional mostrada para cumplir la norma, esta continúa siendo torpedeada para sorpresa "mayúscula" de la asociación Benito Pellitero.

Recapitulando, hace casi un año, el 30 de marzo de 2017, el colectivo presentaba en el registro de la Diputación de Zamora un escrito para solicitar, en atención al artículo 15 de la citada ley, la retirada de la Medalla de Oro de la provincia al dirigente franquista Carlos Pinilla Turiño. Al parecer, la entrega de la distinción habría sido aprobada por acuerdo plenario el 12 de agosto de 1944 y materializada el 14 de junio de 1958. Pero la petición había caído en el olvido hasta el pasado mes de febrero, cuando la asociación ponía los puntos sobre las íes a colación del Pleno de enero.

En aquella sesión, la primera del año, la corporación en bloque aprobaba por unanimidad y a instancias del Foro por la Memoria de Zamora una moción por la que se reconocía a medio centenar de cargos y empleados públicos de la Diputación que fueron depurados y 18 de ellos fusilados tras el golpe de Estado franquista. Sin embargo, poco o nada se habló entonces de Carlos Pinilla.

Una actitud que indignó a los integrantes de la asociación Benito Pellitero. "Expresamos nuestro asombro, en tanto en cuanto que los grupos políticos de la institución provincial han manifestado su intención (nosotros decimos, obligación) de cumplir con la ley, y sin embargo excluyen de su cumplimiento nuestra petición", protestaban públicamente en una nota remitida a los medios. En el comunicado, los responsables de la demanda manifestaban su "malestar por la desidia e ignorancia en materia de historia" de los políticos y anunciaban su intención de elevar al Procurador del Común los "reiterados incumplimientos de los responsables políticos de las instituciones zamoranas".

Sin embargo, el debate volvía a estar sobre la mesa en el último Pleno de la Diputación de Zamora, correspondiente al mes de marzo. El Grupo de Izquierda Unida presentaba una moción de urgencia para retirar la Medalla de Oro de la provincia a Carlos Pinilla Turiño. A tal efecto, la portavoz de IU, Laura Rivera, instaba al equipo de Gobierno provincial a realizar los "estudios pertinentes", comprobar los "datos técnicos" oportunos y proceder, en su caso, a su retirada. Una propuesta que fue matizada por el popular Aurelio Tomás: "Lo que ha dicho no coincide con lo que está escrito", reparó en relación al texto de la moción. El detalle derivó en la enmienda del Partido Popular a la moción, cuyo texto finalmente acordó "iniciar un expediente administrativo para comprobar los datos aportados por la asociación Benito Pellitero en su escrito a fecha 30 de marzo y cuantos otros pudieran existir respecto a la concesión por parte de la Diputación de la Medalla de Oro a Carlos Pinilla con el fin de dar cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica".

Tirando de hemeroteca, la crónica publicada por "El Correo de Zamora" del 14 de junio de 1958 no deja lugar a dudas: "La provincia de Zamora ha rendido un grandioso homenaje al Excmo. Sr. D. Carlos Pinilla Turiño. En el salón de actos de la Diputación, abarrotado de público le fueron impuestas las Medallas de Oro de la Ciudad y de la Provincia", recoge el titular y el subtítulo de la información. De hecho, según el relato periodístico, numerosos gerifaltes de dentro y fuera de la provincia se desplazaron hasta la capital para "dar realce con su presencia y refrendar con su aplauso entusiasta" el homenaje. "Desde mucho antes de comenzar el acto, el Palacio Provincial se hallaba abarrotado y por no caber en el salón principal, los asistentes ocuparon pasillos, escalera y la planta inferior del edificio, donde se habían instalado altavoces para que pudieran seguir el acto y escuchar los discursos que se pronunciaran". Tras la intervención del alcalde Gerardo Pastor Olmedo, se procedió primero al nombramiento de Pinilla como hijo adoptivo y a la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad. A continuación, fue nombrado hijo predilecto de la provincia y le fue otorgada la Medalla de Oro de la Diputación. Asimismo, se le ofreció un "artístico álbum con cubiertas repujadas (...) envuelto en manta zamorana", donde se recogían los acuerdos adoptados en la mayoría de los pueblos por los que se otorgaba a "don Carlos" tal distinción.

Además, como colofón al acto y en medio de "atronadores aplausos", el gobernador civil y el presidente de la Diputación descubrieron el bulto esculpido de "don Carlos" en uno de los medallones que decoran el friso del salón del antiguo Palacio provincial. Al término de su discurso, el propio Pinilla aludió a los "hombres de Franco" que habían dado "ejemplo impar de lealtad y disciplinada obediencia" antes de exclamar "Lealtad a mi Dios, lealtad a mi patria". Unas palabras que provocaron una "enorme ovación" entre los asistentes, donde se llegaron a apreciar "lágrimas incontenibles".