Un líder, un buscador, un friki, un controlador, un verificador, un portavoz, un creativo... todos esos roles se aglutinaban en los grupos formados por alumnos del IES Alfonso IX y de la Escuela de Arte -convenientemente mezclados, para evitar los grupos de amigos y fomentar la convivencia- que participaron ayer en un singular taller, dentro de las Jornadas Provinciales de Formación Profesional en Zamora, organizadas por la Dirección Provincial de Educación. El eje eran las "flipped room", o clases invertidas, una nueva metodología que apuesta por un giro de 180 grados a la enseñanza tradicional.

El encargado de coordinar esta jornada fue el profesor de la Universidad de La Rioja Raúl Santiago Campión, experto en nuevas metodologías en educación y uno de los mayores conocedores en España del método de clase invertida, que él mismo pone en práctica con sus alumnos.

Y, a pequeña escala, también quiso hacerlo con estos alumnos zamoranos, que se reunieron en el paraninfo del IES Claudio Moyano. El éxito de esta convocatoria fue tal que la jornada se tuvo de dividir en dos sesiones, para que, además de estos estudiantes, también participan los alumnos del ciclo de Informática del instituto que acogía esta sesión.

Desde el primer momento los protagonistas de la sesión fueron los propios estudiantes. "El que menos voy a hablar voy a ser yo", advirtió el ponente, quien dio unas pequeñas pinceladas del taller, donde se puso de forma práctica un pequeño ejemplo de lo que significa una clase invertida, donde son los alumnos quienes buscan la información en casa, leen los textos de las materias, para luego realizar en clase, ya con el profesor. Una singular manera de aprendizaje que también sirve al docente para conocer de una forma más exhaustiva las necesidades, carencias y progresos de sus alumnos, sabiendo dónde incidir más y en qué materias avanzar.

"La educación del siglo XXI avanza hacia la desaparición de la figura del profesor como persona que se pone delante de los alumnos a hablar sobre la lección durante una hora seguida, sino que apuesta por que los estudiantes sean creadores. Si aprenden bien, lo pueden demostrar", apuntó Santiago.

Entre las características de esta nueva educación, destacan, por tanto, aspectos tan chocantes a priori como el que sean los estudiantes quienes traigan sus propios dispositivos a clase para utilizarlos -desde ordenador portátil hasta tablet o móvil-, el desarrollo de competencias digitales o el denominado aprendizaje ubicuo, "que significa que el alumno no solo aprende cuando el profesor explica, sino que lo puede hacer en cualquier sitio donde tenga acceso a la información", especificó el ponente.

De esta manera, los chicos hicieron los grupos, eligieron sus nombres y repartieron los roles para lo que iba a ser una competición de conocimientos de lo más divertida. Comenzaron así por una ronda rápida de preguntas sobre nuevas tecnologías y redes sociales a través de una plataforma digital y siguieron con la creación de un material formativo con diferentes capas de realidad aumentada, en el que podían utilizar desde textos hasta imágenes o vídeos, encontrados buscando en Internet.

De este intenso trabajo colaborativo entre personas que se acababan de conocer surgieron proyectos singulares sobre las fases del sueño, las partes del cerebro, el funcionamiento de un motor de coche, los cinco sentidos, las redes sociales más utilizadas, los peligros del cambio climático o un resumen de los grados de Diseño Gráfico y Producción Agropecuaria. Todas ellas ideas originales con apenas media hora de trabajo.

"El colofón de estas jornadas -organizadas bajo el lema "Piensa tu futuro"- lo puso José Óscar Martín Hernández, profesor del CIFP Ciudad de Zamora, quien impartió a los docentes un taller sobre "Gamificación y evaluación en el aula de FP", otra de las nuevas modalidades educativas que, poco a poco, se van insertando en el aula del siglo XXI.