Veintisiete personas acudieron este año a la cena de Nochebuena organizada por Protección Civil en el colegio Corazón de María y que tiene como objetivo fundamental que nadie pase solo una velada en fechas tan entrañables. La cifra de comensales fue sustancialmente menor a la de personas apuntadas inicialmente, lo que el jefe de la Agrupación de Voluntarios, José Ramón Trigueros considera una buena señal, ya que significa que los ausentes había encontrado gente con quien pasar la noche.

Animación y menú abundante fueron las notas de la cena de Nochebuena de Protección Civil, a la que acuden cada vez menos, aunque sea de visita, los políticos, algunos por falta de interés y otros, como la presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo, por una indisposición de última hora.

La idea de celebrar una cena de Nochebuena que permitiera a todas las personas que lo deseen pasar la noche en compañía nació hace casi tres décadas, en los finales de los años 80. Lo recuerda el propio Trigueros, entonces un joven voluntario de Protección Civil que confraternizaba sobre todo, con otro grupo de gente de pocos años que había entrado en la Agrupación de Zamora. La idea nació casi por casualidad, al enterarse de que las personas que acuden a los comedores sociales en Nochebuena no tienen ese servicio y se les proporciona un bocadillo para que se puedan alimentar en casa.

Trigueros y sus compañeros presentaron la idea al entonces jefe de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Zamora, Francisco Javier García Prieto, quien no sólo les animó a llevarla adelante sino que se implicó de manera activa en la organización del evento para que todo saliera bien. "La idea era hacerlo un año. Si salía bien, seguiríamos con la iniciativa y si no, lo dejaríamos estar".

Pues bien, la cena tuvo éxito y desde entonces los voluntarios de la Agrupación de Protección Civil se implican en la tarea de buscar patrocinadores para lograr comida (tiendas y restaurantes), decoración (floristerías), transporte y todo el sinfin de cosas que hacen falta para dar de comer a tanta gente. Y todos los años consiguen un buen menú con entrantes, embutidos, empanada, langostinos, carnes, pescado y los dulces más típicamente navideños. Suele apuntarse más gente de la que luego baja hasta el comedor del Corazón de María (este año había 54 personas apuntadas y al final fueron 27), lo que se asume con buena cara, ya que significa que estas personas han encontrado con quién compartir la cena de Nochebuena, que es al fin y al cabo el objetivo fundamental.