Palabras como zagala, albarcas, pandereta o lagar se añaden de manera casi natural al lenguaje de los catorce jóvenes estudiantes americanos de la Universidad Estatal de Portland que estas semanas se encuentran en Zamora para perfeccionar su español. Y todo ello gracias a un programa ideado por la profesora Laura Mulas -americana con raíces zamoranas- en el que se aúna idioma y tradición. Una manera original de aprender no solo la lengua, sino también las costumbres de un país.

El grupo participó ayer en un taller de música tradicional impartido por la Asociación Etnográfica Bajo Duero, donde ensayaron canciones populares y tocaron instrumentos como la pandereta, la zambomba o las castañuelas. El programa también les permite descubrir diferentes rincones de la provincia. Desde Sayago hasta Benavente, pasando por Aliste o Sanabria, visitan sus pueblos para conocer de primera mano como se ara y siembra la tierra o cómo se elabora el vino. Y es que, aunque también visitarán otras ciudades como Segovia o Salamanca, "este año nos hemos querido centrar más en la provincia", apunta la profesora.

De hecho, se encontraron de golpe con las tradiciones zamoranos nada más llegar a la ciudad, en plenas Ferias y Fiestas de San Pedro. "Les di más tiempo libre en esos primeros días para que disfrutaran y descubrieran todo lo que había", explica Mulas.

También les ayudan a disfrutar de la ciudad las familias que les han acogido estas semanas. "Estoy encantada con la mía, tengo una hermana y en casa y otra fuera y lo que más me está gustando es la comida y la siesta. De hecho, quizá la exporte a Estados Unidos cuando vuelva", bromea Nikita Lal, estudiante de Ingeniería que comenzó a estudiar español por consejo de su madre. "Quiero continuar estudiando para aprender sobre una nueva cultura y poder viajar a diferentes países", valora. Su compañera Gwen Bogard está encantada con esta primera experiencia en España. "Lo que más me gusta de Zamora es la mezcla de cultura antigua y moderna", destaca.

Más fácil tiene aprender español Karen León, de padres mexicanos, aunque puntualiza que "el idioma que aquí se habla es muy diferente, con otras palabras y expresiones". Su deseo es poder ser profesora de español en Secundaria "porque en Estados Unidos no hay muchas personas que se dediquen a ello", reconoce.

La elección de Zamora como sede de aprendizaje de idiomas no es fortuita. "Ellos ya tienen referencias de alumnos anteriores y saben que aquí la gente habla muy bien español, son muy majos y acogen muy bien a los americanos y les enseñan muy bien la ciudad. Creo que es un sitio ideal, porque les obliga a hablar en español", apunta la promotora.

Este es el cuarto año que Mulas organiza estos intercambios lingüísticos en Zamora. Como novedad, además de unas estancias más largas que en veranos anteriores, en esta edición habrá dos grupos de intercambio. El segundo llegará a finales de agosto y se centrará más en prácticas de trabajo, ya que se dedicará a realizar voluntariado con entidades como Cruz Roja y el Centro Menesiano.