La fuerte devoción por la Virgen del Yermo volvió a palparse ayer en la salida procesional de la imagen por la calles del barrio de San Lázaro como cada Martes de Pentecostés.

Tras el rosario, la novena y la eucaristía de las 20.00 horas, decenas y decenas de personas aguardaban la salida de la imagen de la iglesia de San Lázaro, donde en una capilla se la venera durante todo el año. Las tracas de cohetes anunciaban a los congregados la inminente salida de la Virgen que abandonó el templo lazarino al son del himno nacional tocado por los integrantes de la Asociación de Tamborileros Zamoranos.

La flauta y el tamboril abrían el cortejo. Tras el grupo de músico, que lidera Luis Antonio Pedraza, la cruz guía y el estandarte de la hermandad de Gloria. Los cofrades y un nutrido grupo de niños y niñas de Primera Comunión, tanto de la parroquia de San Lázaro como de otras próximas, dieron paso a la Virgen del Yermo, llevada por hombres y mujeres y acompañada por el tamborilero oficial de la cofradía, Jesús Gayola, por la cuesta de la Morana, calle de San Antón para proseguir por Manuel Fernández, hacía la calle Nuestra Señora del Tránsito, engalanada con romero, y las Vistillas rumbo a la calle Obispo Nieto donde, a la altura de la casa del antiguo prelado, tuvo lugar uno de los momentos con mayor tradición, la "subasta de las andas" para ver quien tiene el honor de introducir a la Virgen en su templo. Posteriormente la imagen del Yermo accedió a su casa, a su iglesia, bajo una intensa lluvia de pétalos lanzados por los niños que han recibido este año el sacramento de la primera comunión.

Una vez concluida la procesión y siguiendo con la costumbre, las familias de San Lázaro degustaron el arroz con leche al que también invitaron los miembros de la asociación de vecinos en su local.