Una mesa de encuadernación, cajas de discos duros o plomadas realizadas por el artista Fernando Sinaga así como objetos de cultura tradicional que el escultor ha atesorado durante más de cuatro décadas comparten vitrinas y espacios de las cinco plantas del Museo Etnográfico en la exposición "Fernando Sinaga. Sistemas instrumentales", que ayer abrió sus puertas en el centro cultural de titularidad regional y que podrá verse durante seis meses.

La muestra la integran aproximadamente 230 piezas, divididas en dos archivos. El primero "S¬I¬1", agrupa objetos domésticos, útiles y herramientas que hacen referencia a los trabajos artísticos de este creador que aparecen identificados con cartelas verdes, "unas 110 que ha producido a lo largo de cuatro décadas", concreta Sinaga, mientras que el segundo ," S¬I¬2", recoge una extensa y variada recopilación de elementos etnográficos, señalados con cartelas naranjas, entre ellos carracas, elementos de arte pastoril, flautas o objetivos de metal que el escultor ha llegado a adquirir en chatarrerías desde el año 1976.

"Hemos tratado de hacer una pieza artística que interviene en toda la colección", expresó el creador que por primera vez exhibe este conjunto. "Las piezas son partes de un todo. La idea fundamental es hacer una intervención de carácter poético con las piezas del museo, no puedes separar unas obras de obras", describió el artista que confesó que se trata de una muestra retrospectiva, dado que reúne 40 años de su trayectoria artística.

La consejera de Cultura, María Josefa García Cirac, destacó "la magnífica recopilación que nos va a acercar a la etnografía y a nuestras tradiciones" al tiempo que puso en valor la vertiente nacional e internacional que ha tomado en los últimos meses el museo regional asentado en Zamora y anunció que en noviembre el Etnográfico presentará una actividad que "pretende ser un homenaje al 50 aniversario de la escritura del poemario 'Blues Castellano', del Premio Castilla y León de las Artes Antonio Gamoneda". Además, el director del Etnográfico, Pepe Calvo, comentó que la iniciativa comenzó a fraguarla hace cinco años con su predecesor, Carlos Piñel, y afirmó que las piezas suponen una conversación "poética y simbólica entre el pasado y el presente, entre lo cotidiano y lo singular".