Un tercio de los casos de fracaso escolar está directamente relacionado con problemas visuales sin corregir, según datos del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. Esta cifra responde a un problema que muchas veces se pasa por alto y que se achaca a la falta de capacidades de los estudiantes.

"Cada vez hay más niños con problemas visuales, en gran parte debido a las nuevas tecnologías", explica Emma José Laguna, delegada en Zamora del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León. La experta pone de relieve el gran impacto que tienen las deficiencias visuales en el nivel académico de aquellos jóvenes que las padecen. Especialmente "a edades muy tiernas, cuando la mayor parte del aprendizaje se obtiene a través del sentido de la vista" y "cuando los niños tienen un problema en los ojos, aunque sea leve, tiene su eco en el colegio".

El principal problema que presenta esta situación es que es una afección difícil de localizar y que generalmente se achaca a las capacidades intelectuales del estudiante. Para solucionarlo Laguna afirma que es importante "su pronta detección para poder corregirlo lo antes posible y que así el niño pueda equipararse al resto de sus compañeros, permitiéndole un desarrollo visual y formativo normal".

Guiñar los ojos, girar la cabeza, acercarse a las pantallas y libros, una falta de atención, una mala escritura o hiperactividad en clase suelen ser algunos de los síntomas que padecen aquellos jóvenes con anomalías visuales no tratadas. La delegada del Colegio de Ópticos invita a los padres a "estar más atentos" y "no considerar manías ciertos comportamientos inusuales".

Tanto los profesores de los colegios, como la familia del estudiante, son las personas que con mayor facilidad pueden percatarse de estas situaciones. Tener una salud visual óptima no solo puede hacer descender el fracaso escolar en España, que ha superado la media de fracasos en 2012 y 2009 según el informe PISA (El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), sino además promover que los jóvenes que se vean afectados por estos problemas no se sientan aislados o desconectados al tener un rendimiento inferior al de sus compañeros.

Junto a todos estos consejos, los expertos recomiendan acudir al menos una vez al año a las ópticas para graduarse la visión y así poder cerciorarse de que los problemas relacionados con el rendimiento escolar no vienen asociados de deficiencias en el espectro visual.