El próximo contrato de recogida de basuras y limpieza viaria de Zamora mejorará sustancialmente con respecto al que se presta ahora mismo, incluirá todos los conceptos que actualmente se pagan aparte y saldrá más caro de los 5,4 millones de euros anuales que se abonan hoy, pero el aumento de prestaciones no tendrá reflejo en el recibo que pagan los usuarios, 60 euros por vivienda. Ese es el objetivo del pliego de condiciones para contratar el principal servicio de la ciudad, que se encuentra caducado hace dos años. Un borrador que se dará a conocer a los grupos de oposición y a los trabajadores (120 que serán subrogados por la nueva concesionaria) para recibir aportaciones.

El alcalde, Francisco Guarido, y el concejal de Hacienda, Miguel Ángel Viñas destacaron que la empresa que se quede con el servicio tendrá que acometer una inversión inmediata de entre tres y cuatro millones de euros para renovar camiones, equipos, contenedores y papeleras, dinero que irá recuperando a largo de los años de contrato, una década.

El servicio de recogida de basura, que es el que realmente se paga directamente por el ciudadano con el recibo, renovará los 1.800 contenedores de la ciudad, algunos deteriorados e incluirá el anclaje de los grandes, de 3.200 litros situados en zonas donde pueden ser arrastrados por el viento. Las islas de contenedores tendrán uno de cada tipo (vidrio, papel, cartón, aceite), incluido en actual de basura general que se dividirá en orgánicos y restos, es decir, materiales que ni son orgánicos ni reciclables. Los contenedores estarán adaptados para su uso por parte de personas con problemas de movilidad.

En el Casco Antiguo se pretende soterrar todos los contenedores, lo que supone 18 más, en lugares donde no produzcan impacto ambiental. Serán contenedores autónomos para evitar las complicadas maniobras de limpieza que requieren los soterrados de primera generación.

Habrá una isla de recogida de materiales industriales en el polígono de La Hiniesta y el contrato incluirá la gestión del Punto Limpio de La Aldehuela (que seguirá, eso sí siendo atendido por trabajadores de Asprosub) y la recogida de los materiales que se depositen en los vertederos ilegales, que siguen existiendo a pesar de la vigilancia policial.