56.000 trabajadores para más de 49.000 pensionistas, una relación de casi uno a uno. Estos son los datos que tiene Zamora por lo referente a la relación entre cotizantes y personas dependientes, unos baremos insostenibles de no ser porque el sistema de pensiones es nacional y hay provincias y comunidades autónomas con unos datos mejores. Además, de acuerdo con las estadísticas de la Encuesta de Población Activa, las cifras de población activa e inactiva se encuentran sumamente cerca. Siempre según Estadística, los 80.000 activos (contando parados) que hay en la provincia son una cifra muy corta como para mantener a 78.300 inactivos, colectivo en el que se encuentran, además de los pensionistas, las personas que no buscan un puesto de trabajo de forma activa.

La distancia entre los pensionistas y los cotizantes a las cuentas de la Seguridad Social ha ido menguando en los últimos años. La explicación hay que buscarla, primero, en los efectos de la crisis económica, que ha reducido el número de ocupados de una forma considerable. Además, el envejecimiento de la población zamorana es imparable y, a pesar de que la situación económica es la que es, no cesa. El colectivo de jubilados recibe mes tras mes a decenas de personas y, por otra parte, la esperanza de vida aumenta, lo que hace que los nuevos pensionistas tengan por delante más años de vida que los que entraban hace años. Esta mezcla de factores hace que la relación entre cotizantes y pensionistas sean la peor desde que hay estadísticas.

Cabe también recordar que, aunque las cifras del Servicio Público de Empleo Estatal muestren una reducción del paro en el último año -según esta estadística, son más de 1.200 las personas que han abandonado las listas del ECYL-, el número de cotizantes no aumenta. Hay menos parados "oficiales" -aquellos apuntados en las listas de demandantes de empleo, que buscan un puesto de trabajo de forma activa-, pero realmente no hay más trabajadores. Los últimos datos del paro lo dejaron de manifiesto. Mientras las listas de parados han perdido a más de mil personas en un año, un buen dato, el número de cotizantes a la Seguridad Social también ha mermado en 126 personas. Los parados que ahora no aparecen en las listas están, o bien desempleados sin que oficialmente conste su situación, o bien han emigrado a otras provincias o regiones del país.

La situación en Zamora es tal que el sistema de pensiones sería insostenible si la provincia fuera un territorio autónomo. El sistema de pensiones español es solidario, es decir, no son los propios pensionistas los que mantienen su paga, sino que son los trabajadores en activo los que la costean para que, cuando estos últimos estén jubilados, sean las futuras generaciones las que carguen con el peso del sistema. Si Zamora no tuviera el respaldo de otras provincias o territorios del país, cada cotizante tendría que pagar, prácticamente, la paga de un pensionista, unos 790 euros al mes como término medio -incluyendo en este colectivo a jubilados, personas con incapacidad temporal o a aquellos zamoranos que perciben la pensión de viudedad, entre otros-.

Los expertos indican que, para que el sistema de pensiones fuera totalmente sostenible, tendría que contar con al menos 2,5 cotizantes por cada trabajador, una cifra que habría que elevar hasta tres personas trabajando por cada pensionista para que el sistema tuviera unas condiciones óptimas. Hoy en día son pocas las regiones que tienen un panorama sostenible. De hecho, solo cumplen Madrid, Canarias, Baleares y Murcia. En el extremo contrario está Asturias, comunidad donde el ratio entre cotizantes y pensionistas es más bajo. Sin embargo, comunidades también envejecidas como Castilla y León están en los últimos puestos del ranking.