"El miedo me atenazó día a día, llegué a perder 14 kilos", insistió el procesado por el crimen del pastor de Santa Cristina de la Polvorosa, antes de admitir, a preguntas de la Fiscalía, que "eché cal al cuerpo cuando todavía estaba abajo en el pozo porque ya olía". El ganadero acusado del crimen indicó que recurrió a este método porque "antiguamente era lo que se echaba a los animales muertos porque así no olía". Finalmente, extrajo el cadáver del pastor porque "estábamos en época de riego", sobre el 15 de julio de 2014, y "se salía, estaba arriba del todo". Para sacarlo, "le até una cuerda al cuello y a la pala del tractor", lo que no pudo recordar es si lo hizo de día o de noche. Negó que lo rociara con gasolina para quemarlo, tras ocultarlo con pajas, si había restos de combustible sería porque con la vibración de los motores de riego se puede caerse, afirmó. Eso explicaría que la Guardia Civil lo hallara junto al cuerpo del fallecido. Terminó su declaración diciendo que lo que hizo "no son cosas para recordar", fueron "ocurrencias".