Después de semanas de agonía, el 20 de noviembre de 1975 moría Francisco Franco Bahamonde. Como era de esperar, los diarios de la época hicieron un verdadero despliegue editorial aquel día histórico en España, tanto para los que festejaban el fin de la dictadura como para los que lloraban la muerte de quien había sido única autoridad en España durante más de cuarenta años. El fallecimiento de Franco fue, sin duda, una de las noticias más relevantes del siglo XX ya que, por entonces, millones de españoles solamente habían conocido la dictadura. Todos los que vivieron la muerte de Franco recuerdan perfectamente lo que hacían el 20 de noviembre de 1975. Y todo lo que pasó después.

"El Correo de Zamora" , el principal diario de la zona por aquel entonces, cubrió la muerte del dictador como el resto de periódicos del territorio nacional y como algunos otros medios internacionales que se hacían eco de una noticia que anticipaba grandes cambios. "Murió Franco" era el titular escogido para la edición de aquel 20 de noviembre. "A las 4.40 de la madrugada y a los 82 años de edad, ha dejado de existir, en la ciudad Sanitaria "La Paz" de la Seguridad Social, Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos, Francisco Franco Bahamonde", añadía el diario.

Dentro de las páginas se sucedían distintos detalles de la muerte del dictador en un tono que aún seguía recordando a los cuarenta años que precedieron la histórica fecha. Además de artículos de elogio a su figura y de otras piezas con detalles biográficos e históricos referidos a la Guerra Civil, el diario local detalló puntualmente cómo fueron las últimas horas de vida de Franco y su progresivo empeoramiento. "Está muy mal. Sólo se puede rezar", contaba una de las informaciones publicadas el día de su muerte. En días anteriores, cada uno de los partes médicos era objeto de análisis minucioso.

Uno de los aspectos que fue más comentado y que más espacio y titulares ocupó fue el hecho de que la muerte de Franco se produjera 39 años después de la muerte de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española. Las misas en honor de Primo de Rivera compartieron protagonismo con las informaciones que comenzaban a hablar de lo que iba a pasar en el país después de la muerte de Franco. Las reuniones de las cortes y el nombramiento de Juan Carlos I como futuro rey de España aparecían ya entre las páginas de los diarios de aquel día.

El diario también aprovechaba para recordar en sus páginas las cinco visitas que Franco había realizado a la provincia, todas a infraestructuras, como el viaducto Martín Gil, el salto de Villalcampo, el tramo ferroviario entre la capital y Puebla de Sanabria y el que se dirigía a Orense. En abril de 1943 pisaba por primera vez la capital y el periódico aseguraba que "fue tal el entusiasmo enardecido de los miles de zamoranos concentrados ante el Consistorio para aclamar al Caudillo que a su requerimiento hubo de asomarse a los balcones y hablar, haciendo así al pueblo zamorano honor de su reconocimiento y simpatía".

Las autoridades locales, nombradas durante la dictadura, también quisieron comentar la muerte de Franco. "Su vida y su ejemplo serán faro y guía que nos oriente, sin desmayos, en la continuidad y perfección de una tarea sinceramente admirable", escribía Felipe Rodríguez Lorenzo, presidente de la Diputación por aquel entonces. Una opinión que compartía Miguel Gamazo, alcalde de la ciudad, que definía la impresión que le había causado la muerte del dictador como "un cúmulo de sensaciones y emociones difícilmente traducibles en palabras". "Francisco Franco ha sido autor y actor de un largo momento histórico cuya trascendencia sólo podrá medirse con exactitud en la perspectiva del futuro", apostillaba. Y hoy, cuarenta años después, aún se sigue discutiendo sobre esa perspectiva.