"Una vez, se creía que la tierra se iba a acabar y decidieron salvar todos los libros escritos por varones que cabían en un barco. Al final, la cosa cambió y esos libros desaparecieron porque el barco se hundió y solamente quedaron los libros escritos por mujeres. Los niños crecieron bien y se creía que solamente las mujeres tenían la capacidad para contar historias. Entre ellas no tengo duda de que estaría María Teresa Álvarez". Así comenzaba el cuentacuentos zamorano Fernando Martos su intervención ayer por la tarde en el salón de actos de la Biblioteca Pública, que acogió la presentación de la novela "La Indiana", de la periodista asturiana María Teresa Álvarez.

Se trata de un libro que relata, en forma de novela, la realidad de gran parte de los pueblos costeros españoles que, durante décadas, enviaron a sus hijos a distintos puntos de América en busca de un futuro mejor. En este caso, la autora ha querido hacer un homenaje a la localidad asturiana de Candás, su pueblo natal, donde se ambienta la novela, ambientada en el siglo XIX. "Como periodista, he trabajado con biografías noveladas en las que los personajes existieron realmente. En este caso, no hubo en mi pueblo ninguna Marina ni ningún Silverio, porque en realidad hubo muchos", afirmaba la periodista, que ha querido reflejar los recuerdos del pueblo marinero que la vio nacer y en la que ella misma pudo vivir cómo "las mujeres de los marineros tenían que hacer de madre y de padre con sus hijos".

La importancia de la Historia es una constante en toda la obra de la asturiana y, "La Indiana", no iba a ser menos. Aunque dice haber disfrutado mucho durante la escritura, la autora reconoce un duro proceso de documentación. "El naufragio que deja huérfanos a los protagonistas es real, y también algunos detalles como la incidencia de la gripe española en el pueblo, que averigüé gracias a las hemerotecas digitales y a los partes de defunciones en los juzgados", comentó Álvarez. Una historia de amor en la que la autora, que afirmó reconocerse periodista por encima de todo, ha querido publicar "páginas con el corazón que sirvan para poner un granito de arena para recuperar la memoria de mi pueblo, algo que me hace muy feliz", como declaró en la presentación del que es su undécimo libro. No obstante, lamentó que se olvide la historia y que los relatos de muchos españoles que tuvieron que emigrar se hayan perdido con ellos, aunque recalcó la solidaridad de muchos de los asturianos que se fueron y triunfaron, que ayudaron a los que no tuvieron tanta suerte.

"He querido escribir una novela que sea un canto a la vida, la lucha y el esfuerzo de vivir. También es un canto a la cultura y a las mujeres, a las que se nos prohibió acceder a la Universidad hasta 1910", reivindicó la autora, que habló de algunos personajes femeninos y valientes de su novela. "Mi mayor alegría es saber que, gracias a este libro, me consta que he aficionado a la lectura a cinco personas que no leían y eso es un gran triunfo", remató la autora entre los aplausos de los presentes que agradecieron la valentía de una periodista que, aunque lejos de los micrófonos, continúa contando historias de la Historia.