El derribo de la capilla del Hospital Provincial ha puesto de manifiesto la descoordinación entre instituciones y la paradoja de la conservación del patrimonio. A finales del año 2007, el Servicio de Patrimonio de la Junta de Castilla y León -la misma que promueve las obras del complejo asistencial- recomendó al Ayuntamiento de Zamora la protección de 122 inmuebles del casco urbano, entre los que se encontraba la capilla. El Consistorio, sin embargo, no atendió a estas propuestas y tan solo se incluyeron en el Catálogo unos pocos de ellos. La capilla no estuvo entre los elegidos, al igual que otros tantos que, en cualquier momento, pueden correr la misma suerte. Estos son algunos de los ejemplos de edificios en peligro de extinción.

El entorno de la avenida Príncipe de Asturias a la altura del parque de la Marina es una de las muestras más visibles de que la protección de edificios no ha funcionado como debería en Zamora. Durante años, la acera impar estuvo poblada de chalets y edificios de época de los que tan solo queda la conocida como Casa Peña. El último de los derribos se produjo hace apenas siete años, en el número 3. Aquella casa que estaba recomendada por la Junta para su protección pero que no dio tiempo a incluir en el catálogo antes de convertirse en un amasijo de escombros.

La avenida de Requejo es otro de los ejemplos más flagrantes de la falta de protección de inmuebles que, siendo más o menos emblemáticos, tienen esa pátina de edificios representativos de una época. En esta ocasión, de la dictadura franquista. El Servicio de Patrimonio de la Junta de Castilla y León recomendó, en aquel famoso informe, la inclusión en el catálogo de la antigua residencia de los Franciscanos, junto con las viviendas cercanas pertenecientes al Ministerio de Defensa que funcionaban como casas de los militares y la Comisaría de la Policía Nacional. De todos ellos, el único que no se puede tocar es este último. Sin embargo, el edificio de los Franciscanos ya fue derribado en contra de la opinión de Patrimonio y las viviendas de Defensa pueden, en cualquier momento, correr la misma suerte, con la consiguiente pérdida de este ejemplo de arquitectura del racionalismo franquista.

Entre los más de cien inmuebles que Patrimonio recomendó proteger aparecen edificios en Tres Cruces, Amargura, Arapiles, plaza de Belén, Cabañales, Libertad, Obispo Nieto, Santa Teresa, Leopoldo Alas Clarín, Cervantes, Juan II, Víctor Gallego o Regimiento de Toledo. También en la calle Toro, a la altura del número 3. Un inmueble que luce semiabandonado y plagado de graffitis en sus paredes. Igualmente, aparecen en esta lista de la no protección otros edificios como los de oficinas y viviendas de Iberduero, en Pablo Morillo y Amargura respectivamente, que, aunque improbable, también pueden sucumbir sin que nadie lo impida a la acción de las retroexcavadoras.

Estos son solo algunos ejemplos de edificios que, con mayor o menor historia, sí tienen componentes arquitectónicos dignos de preservar en el tiempo pero se encuentran a merced de lo que los propietarios deseen hacer de ellos. Un problema que afecta ahora a la capilla del Provincial, pero mañana puede ser cualquier otro.