Habla de corrido, apoyando sus razonamientos en sentencias de castellano curtido, hecho en la calle. Sabe lo que sabe porque lo ha vivido y eso da autoridad, que lo que se aprende en el día a día no se olvida en cien años. Taurino y empresario de la cosa, que ya son ganas en tiempos de depresión, cree que la tauromaquia todavía está a tiempo de redimir a quien entiende que el mundo se salva por la singularidad, por girar un día al año al contrario que los demás. Carlos Zúñiga, nuevo empresario de la plaza de toros de Zamora, se bautiza el domingo en la capital. Será una novillada de postín, homenaje a la mujer, dedicatoria que le ha traído dolores de cabeza porque hay quien entiende que es un anacronismo. Él, dice, lo ha hecho con la mejor intención del mundo. Así lo cuenta en esta entrevista telefónica, hecha a la carrera.

-El domingo se estrena en Zamora con una novillada muy interesante. Por medio, cierta polémica por la dedicatoria del festejo a la mujer.

-Desde luego no ha sido nuestra intención crear polémica. Creemos que es de justicia hacer un homenaje a la mujer zamorana y más en Semana Santa, una celebración impensable sin el protagonismo femenino. ¡Cuánto ha tenido que luchar la mujer para conseguirlo!

-En estos tiempos chirría eso de decir "la mujer entrará gratis si va a acompañada de un hombre".

-No ha sido nuestra intención molestar. Lo hemos hecho con la mejor intención. Con el fin de abrir la plaza a un público menos habitual. Y convencidos de que la idea iba a ser bien acogida.

-Los antitaurinos han puesto el grito en el cielo.

-Necesitan poco, la verdad es que cualquier excusa les vale. Utilizan la protesta y la bronca para hacerse visibles. La pena es la cobertura que se les da. Son pocos y así deberían ser tratados. La mejor postura ante ellos es no hacerles caso, la indiferencia.

-La fiesta nacional pasa por momentos complicados. A los problemas de siempre se añaden los nuevos: el crecimiento geométrico de la filosofía proteccionista, la crisis del ámbito rural, la debilidad de los valores tradicionales...

-La tauromaquia está acostumbrada a la crisis, siempre ha vivido envuelta en ella. La fiesta la tienen que levantar los aficionados. Y eso solo se va a conseguir con toreros nuevos, figuras que arrastren a las masas, maestros con impronta. Si las figuras aparecen, adiós a la crisis y a todos los demás aspectos negativos.

-¿Y eso cómo se consigue?

-Pues dando oportunidades a los chicos jóvenes. Ahí, en ese deseo se enmarca la novillada del domingo. Hay que posibilitar la renovación, que surja gente nueva. Y ahí tiene que estar el empresario, pero también el aficionado, respondiendo. Todos tenemos que hacer un esfuerzo. La sociedad en general tiene que agradecer el gesto, estamos recuperando una tradición, ya en 1958 se celebró una novillada el Domingo de Resurrección. Torearon Pepe Somoza y el Príncipe Gitano.

-No es precisamente el empresario la figura más querida dentro de la fiesta nacional.

-Pero resulta imprescindible. Cada uno juega sus cartas. Sin alguien que organice nada se puede hacer. Es un juego de intereses y el empresario se la juega cada tarde.

-No obstante, parece que los toros interesan al gran capital. Ahí está la Fusión Internacional por la Tauromaquia (FIT). ¿Va a ser, de verdad, la revolución?

-Tendrá que demostrarlo. Está empezando y todavía es pronto para juzgar. La fiesta nacional es una incógnita y, desde luego, depende principalmente de los toreros, de las figuras, esa es la clave.

-El Gobierno dice que la crisis empieza a ser historia, ¿se nota la mejoría económica en los festejos taurinos?

-Valencia y Castellón han estado un poco mejor. Pero la clave está en Sevilla y Madrid. El público quiere espectáculo y por eso hay que cuidar mucho los festejos. El del domingo, por ejemplo, está muy cuidado. Chavales con mucha proyección, unos novillos preciosos, instalaciones remodeladas. Queremos que el público vea las reses desde mañana (por hoy) en los corrales. Hay que cuidar muchos aspectos.

-¿Y San Pedro?

-Nos mantenemos en lo dicho. Dos corridas de toros y una de rejones. Estarán las figuras y la plaza lucirá como nunca.

-¿También Alberto Durán?

-Hay que esperar. Hacer los encajes. Las cosas no son tan fáciles como parecen.