A pesar de que el Observatorio de París insta a los responsables de los sistemas informáticos de todo el planeta a "adaptar" los equipos y las redes al segundo que se añadirá el próximo 30 de junio, Daniel Gambis explica que estas estructuras "no tienen ningún problema" para "entender" la nueva medida. Tal y como ha avanzado la organización con sede en la capital de Francia, dicho segundo se introducirá en el sistema internacional la medianoche del citado día, de manera que el reloj pasará de la hora 23:59:59 a la insólita 23:59:60 -algo que no es habitual- antes de pasar a la correspondiente 00:00:00 que marca la llegada del día siguiente, el 1 de julio.

La decisión de intercalar segundos de manera periódica en el llamado reloj atómico se tomó en 1972. Desde entonces, se han introducido 25 segundos. La proyección que hacen los astrónomos es muy sencilla. De aplicar estos cambios, la hora del reloj se separará del fenómeno de rotación de la Tierra, que marca la sucesión de los días y las noches. Según han dado a conocer las autoridades en la materia, en 500 años se produciría un desfase de un día entero. El fenómeno de la luz, que marca la actividad humana, haría que se produjeran situaciones tan extrañas que obligarían a introducir cambios en el reloj mucho más drásticos.