Más de un centenar de fieles de la Diócesis de Zamora participan hoy en Madrid en la misa de beatificación de monseñor Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei entre 1982 y 1994 y sucesor de San Josemaría Escrivá, fundador de la Obra, de quien fue estrecho colaborador. La representación diocesana la forman miembros del Opus, personas simpatizantes y cercanas a la Obra y algunos sacerdotes diocesanos, como el deán de la Catedral y vicario judicial, Juan González, o el párroco de San Juan y San Vicente en la capital, Plácido Isidro.

Entre quienes vivirá el acto en Valdebebas de una manera especial destaca Martín Ranilla San Román, más conocido como Tachín, quien trató al prelado Álvaro del Portillo en Roma durante el tiempo que trabajó en el mantenimiento de la Casa de la Obra en la ciudad italiana de 1974 a 1979. "Participé con él en encuentros públicos y mantuve varias conversaciones más cercanas", explica este integrante de la Opus que destaca que "Don Álvaro era una persona encantadora". "Era un hombre con una gran paz que se interesa por todo", asevera al tiempo que explica: "Un día que era su cumpleaños me lo crucé por un pasillo, yo iba con mi caja de herramientas, me dirigí a él y le dije que había rezado especialmente por él y me respondió hijo mío os llevo siempre en el corazón". En otra ocasión este zamorano le transmitió su preocupación por acercar a Dios a sus amigos con los que practica deporte. "Él me dijo que yo tenía que ser mejor, rezar más, trabajar más, estar más alegre y exigirme más y cuando lo hiciera lo lograría. No te puedes conformar con volar como un pájaro, sino que tienes que hacerlo como un águila".

Martín Ranilla alude a que cuando se despidió del ahora beato porque retornaba a Zamora, Del Portillo le hizo referencia a un viaje que había realizado a la provincia años antes. "Me dijo hijo mío que carretericas tan malas tenéis. Ese comentario me dejó sorprendido y pese a que tenía solo 25 años lo recuerdo como si fuera ayer", detalla este jardinero del Ayuntamiento que dejó muy joven su pueblo natal, Riomanzanas, para emigrar a Bilbao donde conoció el Opus Dei.

Vinculación con Zamora

Martín Ranilla ha indagado por conocer la vinculación de Álvaro del Portillo con Zamora para lo que ha rastreado en archivos del Opus e incluso ha pedido a amigos que están en Roma "que buscaran información". "He logrado documentar que realizó un viaje el 10 de agosto de 1943 a las milicias al campamento del Folgoso, en Tábara, donde había varios miembros de la Obra" y que "recibió el sacramento de la confirmación en 1916 por parte del zamorano Eustaquio Nieto, obispo de Sigüenza".

Este zamorano precisa que Del Portillo, pese a ser doctor ingeniero de Caminos así como en Filosofía y en Derecho Canónico, ordenado sacerdote en 1944 y que participó en los trabajos del Concilio Vaticano II, "recurría a la sabiduría popular y tenía la coletilla de gracias a Dios". Este hombre, que desde hace 45 años pertenece a la Obra, enfatiza que "para mí resulta muy especial que lo beatifiquen. Supone una gran alegría porque este hombre pudo ser una gran eminencia y eligió otro camino para servir a la Iglesia".