La zamorana Blanca Flor Herrero Morán ha realizado la primera tesis doctoral sobre el Museo Etnográfico, un trabajo que abre una senda en las investigaciones sobre los centros culturales regionales.

-Sus trabajos, tanto de grado como tesis doctoral, abren un camino dado que son las primeras investigaciones que se realizan sobre este museo regional y sobre los centros museísticos de la región.

-Es el primer trabajo científico que se hace sobre este centro y en Castilla y León representa el primer trabajo que se hace sobre museos de la región. Además es de los pocos estudios nacionales sobre museos regionales. Mi interés por este tema surgió en Segundo de carrera cuando tuve una asignatura llamada Museología, impartida por Lucía Lahoz. Coincidió con la inauguración del Museo Etnográfico y entonces hice un trabajo sobre la muestra enseres. Al terminar la carrera había que decidirse por un tema para los cursos de doctorado en Historia del Arte y opté por los museos y el patrimonio etnográfico porque había que ponerlo en valor.

-¿Cómo se planteó que aspectos abordar en su investigación?

-Partí de sus orígenes, de la colección de la antigua Caja Zamora, pues primero fue el contenido y luego el continente. Es difícil convertir algo que comenzó como una colección de cerámica local de Zamora en una colección de etnografía de Zamora, luego en una colección regional y posteriormente en un museo regional. Fue una tarea ardua y lo que más me costó documentar pero en los años que pasaron desde el trabajo grado a la tesis recibí el apoyo de todas las personas que estuvieron vinculadas de alguna manera porque yo intenta que la investigación estuviera lo más documentada posible. Hablé con la familia Redoli, con varios etnógrafos que había hecho alguna investigación, como Antonio Cea o Concha Casado, con Joaquín Díaz o con José Luis Alonso Ponga. En el nacimiento de Etnográfico han participado muchas personas muy preparadas y que en su momento y en su parcela lo intentaron hacer lo mejor posible. También revisé los archivos de la antigua Caja España y analicé la apertura del Museo, sus diez años y las funciones que cumple el centro.

-¿Qué luz aporta su trabajo?

-Es un trabajo que recoge la historia de una colección poniendo en valor la etnografía dentro de la historia del arte y luego las funciones del edificio incluso antes de que existiría el propio museo. Además fue el primer museo de Castilla y León con una serie de valores.

-¿Cuáles son?

-Es el primer museo regional que se abrió, está en Zamora y gran parte de la primitiva colección se hizo en Zamora, por lo que se respetó que quedara ubicado en la zona. Además se expone un patrimonio etnográfico de una manera muy moderna, que tiene una importante trayectoria y que sigue vivo. Es un centro que aúna las características de una colección con las necesidades de la nueva museología.

-Los puntos fuentes del Museo Etnográfico corresponden a...

-Su colección, la variedad, la cantidad y la calidad de las piezas, y su discurso. Se recopilaron muchas de las piezas en un momento adecuado porque muchas de ellas ahora no se pueden encontrar. Son elementos de incalculable valor que se muestran en un museo en un discurso que enlaza todo haciendo que la gente pueda apreciar la relación de unos elementos con otros.

-¿Qué pieza estima como la más significativa del centro, la joya de la corona?

-Por su carácter único y el hecho de que el público lo puede conocer en un gran estado de conservación destacaría el traje de novia de La Alberca.

-Y mejoraría...

-Es un museo que necesita ser conocido y reconocido. Cuando planteé este tema para mi tesis tuve el apoyo de mi tutora, Lucía Lahoz, y en el trabajo de grado me animaron a seguir ahondando en esta temática porque mucha gente desconoce el centro, ni se sabe que es regional.

-¿Por qué sucede si ya lleva 11 años abierto?

-No lo sé, influye la proliferación de museos etnográficos. Debería ser el más conocido y el que más tirón debería tener porque fue el primer centro regional que se puso en funcionamiento en Castilla y León y fue la primera apuesta que se hizo desde el sistema de museos de la región. No obstante, con el tiempo se fueron solapando y existiendo más centros. Poco a poco con las actividades y las tareas de divulgación así como las investigaciones se puede ir paliando. En comparación con el resto de instituciones culturales regionales tanto en dimensiones como el número y calidad de piezas supera a casi todos, salvo al Pobo de Asturias que es más grande porque tiene una parte al aire libre. El Etnográfico está muy bien situado en la ciudad. Además la manera de aumentar los fondos ha ido evolucionando con los años.

-La figura del donante es fundamental en el incremento de los fondos del Etnográfico.

-Las donaciones son algo muy importante en estos tiempos actuales en los que los centros culturales no están encerrados. Este tipo de colecciones permite y favorece que las donaciones sean más cercanas. Recibe muchas al año, pero hay colecciones y fondos importantes que no se encuentran en este centro y sería interesante exponer. Unos se hallan en otros museos, como la colección de Concha Casado que la donó a Mansilla de las Mulas por motivos de filias, o bien están en otras colecciones o bien se exhiben de manera itinerante. Además creo que los fondos del Museo Etnográfico se enriquecerían con cesiones entre centros, como sucede con la Fundación Joaquín Díaz, pero podría hacerse con más centros o bien podría establecerse una red de museos etnográficos de la región como existen en Extremadura, Asturias o Galicia.

-¿Por qué no existe todavía?

-El problema que existe en nuestra región es que no todos están incluidos en las lista del sistema de museos, pero una de las apuesta de futuro que podría vehicularse desde Zamora sería una sistematización centros etnográficos existentes.

-Ha hablado de museo vivo, pero mucha gente cree que es un almacén de elementos.

-La palabra museo conlleva adquisición, conservación y didáctica. El Museo Etnográfico de Castilla y León no es un mausoleo, sino un centro cultural de la memoria en el que se realizan diversas actividades, se expone una pequeña parte de los fondos, se conservan y catalogan elementos y se renuevan los contenidos. Un problema es conseguir llegar a la población y que las gentes se sientan atraídas por el museo. Por lo que yo he percibido los asistentes a las propuestas salen encantados.

-La Asociación de Amigos del Museo Etnográfico ha reanudado su actividad.

-Es un tema que abordo en el último capítulo de mi tesis. Es una de las cosas que pueden enganchar al público. Creo que ha sido un acierto volverla a poner en marcha y que se abra a personas no solo de Zamora, dado que es un centro cultural de Castilla y León. Una serie de personas externas junto con los trabajadores pueden hacer más cosas para promover la difusión del centro.

-¿Cuál ha sido la mayor dificultad de su investigación?

-Sacar tiempo porque han sido ocho años de investigación en los que me preparé y me saqué la oposición. Han sido horas de sacrificio mío y de mis familiares.

-Su investigación, ¿verá la luz?

-Son un millar de páginas y me planteo su publicación, aunque sea parcial. Todavía no tengo ningún apoyo por lo que la vertebraré en distintas publicaciones.