Aunque la sentencia es positiva para el zamorano, llega después de que «la Administración que denegaba todo a Juan Carlos Toribio lo declarara inútil y lo dejara fuera de la Guardia Civil», es decir, que el cuerpo al que pertenecía declaró su inutilidad permanente para el servicio y lo expulsó de su puesto, «con un sueldo regalado que sale de las arcas públicas (vergüenzas a las que nos tienen acostumbrados)», lamenta el afectado.

Ahora el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid le da la razón y reconoce que es compatible ser Guardia Civil y ejercer actividades docentes, «que yo además había solicitado sin ánimo de lucro y en la persecución del objetivo de luchar por la seguridad vial de los ciudadanos», explica.

«El tiempo me dio la razón. Como decía mi abuelo en ese pueblo sayagués que tanto quiero: "Después del burro muerto, la cebada al rabo"», concluye Toribio, natural de la localidad de Fariza, aunque residente en Huesca.