«En Zamora se realiza escasa investigación y los archivos están infravalorados»

-Usted ha aproximado a la «vida cotidiana en Aliste y Sayago durante la Edad Moderna a través de las fuentes documentales», un ámbito muy amplio.

-He querido dar a conocer, de manera muy gráfica, las posibilidades que ofrecen los distintos archivos para profundizar en la vida cotidiana de los siglos pasados. No es la primera que vez una persona quiere investigar sobre algo y no sabe dónde están los documentos. Queremos poner en valor las fuentes documentales en relación a los distintos aspectos de la vida cotidiana, desde cómo se vive, cómo se come, dónde se habita, cómo se relacionan los vecinos y la convivencia entre los distintos pueblos fundamentalmente a través de los pleitos civiles, unas fuentes de primer orden.

-Que están en el Archivo Histórico Provincial.

-Efectivamente. Las fuentes civiles están en él o bien en la Chancillería de Valladolid y otras fuentes eclesiásticas están en el Archivo Diocesano de Zamora, en el de Astorga o en el de Santiago porque Alba y Aliste han pertenecido al arzobispado de Compostela. No tenemos toda la documentación que quisiéramos, sobre todo, en las comarcas que son fronterizas. Los conflictos con el reino de Portugal han provocado que muchas veces desaparecieran archivos o bien se quemaran por negligencias de los notarios o de los curas. Casos ha habido en el siglo XX de haber quemado libros de misa para encender la lumbre.

-¿Aprecia diferencias entre los documentos de las distintas comarcas?

-Aunque podemos hablar de una tipología general, tenemos que tener presente que Aliste y Alba pertenecían al marqués de Alcañices o al condado de Alba lo que genera una conflictividad distinta que en Sayago. No obstante, en general, los comportamientos del hombre y los modos de vivir eran muy similares al resto de la provincia y del país.

-¿Se pleiteaba mucho?

-Sí, la verdad es que sí, aunque solo nos han llegado los que llegaban a las notarías. Había muchos pleitos a muchos niveles, entre vecinos, entre vecinos y concejos, entre concejos... solo conocemos una mínima parte de lo que era la sociedad pues muchas veces los problemas entre vecinos los dirimían entre ellos con el alcalde mayor.

-De todos los documentos que ha estudiado y analizado, díganos uno que le haya llamado la atención.

-Un auto que se origina en la primera mitad del XVIII en Torregamones por el suicidio de un vecino y ese día está de visita el obispo. Se plantea si se le da sepultura o no y de inmediatamente se llama a declarar a tres vecinos. En sus palabras apreciamos cómo era la vida de una persona marginada. Además, en el siglo XVII había muchos pleitos por la palabra cornudo y judío porque afectaban al honor y al tema religioso. En el código penal de la época estaban entre las cinco palabras que podían conllevar pena de azote. La misma sanción se recibía por llamar traidor o gafo, palabra que no he hallado en ningún documento.

-Como usuario de los archivos, ¿cree que la sociedad los conoce?

-La gente de la calle quizá no sabe la riqueza y toda la información que se conserva en los archivos, centros que están infravalorados e infrautilizados. Además se hace poca labor de investigación en Zamora en comparación con otras provincias.

-¿Por qué?

-No es una situación de ahora pero si nos atenemos a las publicaciones que aparecen, cada vez son menos. Hay una pobreza en investigaciones en la provincia y como ejemplo si hacemos una comparativa de las publicaciones que se hacían en Zamora y en León hace tres años, el número no tenía nada que ver. Creo que influyen varios motivos como el económico y el mucho tiempo que se invierte en un estudio, pero en esta tierra hay gentes muy preparadas. Quizá también es un punto más que evidencia la dejadez que existe en Zamora.