-Alrededor de 1.700 zamoranos están afectados por las preferentes, ¿se presenta fácil la defensa de sus intereses?

-La vía judicial será favorable siempre que el afectado pueda acreditar el error en el consentimiento y el engaño o, cuando menos, la fabulación de unos hipotéticos beneficios. Cada caso concreto merece una respuesta concreta.

-¿Usted es partidario de que se presenten demandas individuales?

-La respuesta no será la misma para el especulador en títulos bancarios, que para el cliente de una entidad que haya hecho una adquisición de productos basada en la confianza errónea que tenía con el empleado de la entidad financiera con la que firmó la operación. En este último caso, se les vendió un producto que no se correspondía con lo que los afectados esperaban, ya que aquel no satisfacía su pretensión de obtener unos rendimientos seguros y estables para los ahorros de toda una vida.

-¿Tras una década al frente de la Audiencia Provincial, qué se lleva en lo personal?

-Sabía que venir supondría perder amigos: la función de un juez no es genarlos, sino cumplir con la de administrar justicia. Y he tenido la mejor suerte porque, aunque haya perdido a unos, otros han sabido reconocer que les habíamos privado de la razón porque no la tenían y eso es gratificante.

Zamora, 1943

Tras estudiar en el colegio Corazón de María y licenciarse en Derecho en la Universidad de Salamanca, inició su carrera como juez en 1969, hace 44 años. Destinado en Galicia, Benavente, Valencia y Cataluña, regresa a Castilla y León con destino en Segovia, antes de volver a su ciudad natal en 2004 ya como presidente de la Audiencia Provincial de Zamora. Desde este cargo, mejora las instalaciones del Palacio de Justicia, impulsa la creación del Juzgado número 6 de la capital y el Social número dos, para los que se ubican la dependencias en el antiguo edificio, eliminando las últimas viviendas institucionales que se mantenían en el inmueble de la calle de El Riego. Entre sus logros para los juzgados zamoranos, un instituto de Medicina Legal, con una moderna sala de autopsias e instalaciones adecuadas para los forenses.

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