La noticia del fallecimiento del zamorano Manuel Nieto Cascarón, de 79 años de edad, viudo desde hace unos años y con cuatro hijos (tres chicos y una chica), ha caído como un jarro de agua fría en la capital, donde se le conoce por su amplia trayectoria profesional en el Banco Herrero, donde se jubiló. «Fue uno de los históricos», indica su amigo Patricio Santana, «muy afectado por su muerte. Era una gran persona».

De sus múltiples tardes juntos en el Mazarinos, «era habitual del café como yo», Santana tiene un recuerdo inmejorable. Al igual que de aquellas muchas tardes en las que las corridas de toros les reunían frente al televisor del bar, «yo voy con mi hijo y allí quedábamos para ver los toros, nos reservábamos la mesa. Era muy buena gente y muy agradable, siempre tenía un gesto de cariño para mi hijo». De tal afición da fe el que Manuel fuera uno de los primeros socios del Foro Taurino, al que llegó sin que nadie le tuviera que animar, indican desde la Asociación zamorana. Santana no da crédito a la mala pasada que le ha jugado el azar a su amigo, a quien describe como un hombre «muy prudente y correcto, nada exaltado, discreto, muy educado y ordenado». «Es terrible que te vayas unos días de vacaciones y te ocurra una desgracia así», concluye Patricio Santana, visiblemente impresionado por el fallecimiento de su amigo.

Manuel Nieto Coscarón «cogió el tren en Zamora con intención de ir a visitar al hijo que vive en la provincia de A Coruña», indicó ayer uno de sus sobrinos y ahijado, Miguel Ángel Coscarón, a la agencia Ical, único testimonio familiar, después de que los más allegados al finado rehusaran hacer declaraciones a este periódico. Sin embargo, el vecino del barrio de Las Viñas no llegaría a su destino: en su camino se interpuso el accidente del Alvia Madrid-Ferrol, a la entrada de la estación de Santiago, que la noche del miércoles terminó con la vida de 80 viajeros, entre ellas la de Manuel.

«Es terrible perder a un familiar en estas circunstancias», manifestaba el sobrino, «todos estamos muy impresionados. La familia no ha reaccionado todavía, estamos pensando cómo es posible que haya pasado esto». Fue un hermano quien le puso sobre el aviso de que «Manolo iba en ese tren», ya que desconocía que su tío hubiera viajado a Galicia, «era muy independiente», apuntó Miguel Ángel. A las 15.30 horas de ayer «mi hermano me confirmó la muerte» del tío, «el marido de mi prima nos llamó para informarnos porque llevábamos con la incertidumbre desde la noche del accidente».

Precisamente, uno de los hijos del finado llamó al teléfono de Manuel el mismo miércoles, cuando supo del impactante siniestro del tren en el que viajaba su padre, pero al otro lado del móvil escuchó una voz desconocida, para confirmarle que se encontraba en el lugar del suceso. Lo que no pudo comunicarle fue el estado en el que se hallaba. Al parecer, se trataba de algún integrante del equipo de rescate o sanitario. Los familiares de Manuel desconocían ayer tarde cuándo se trasladarán los restos del fallecido hasta Zamora, «no sabemos ni si se le ha hecho ya la autopsia».

La otra zamorana víctima mortal, Andrea Hernández Miguel, recibirá sepultura esta tarde en la localidad de Villagarcía de Arosa, en las Rías Bajas pontevedreseas, donde reside parte de la familia. La casa de su hermano Marcelino, en El Perdigón, se convirtió en centro de visita y duelo para la familia zamorana de Andrea, así como numerosos vecinos de la localidad, que se acercaron para dar el pésame por la inesperada pérdida.

Andrea nació en esta localidad zamorana hace 76 años. Allí vivió durante prácticamente toda la infancia y juventud, hasta que se casó y se trasladó a Madrid. Viuda y madre de dos hijas, Andrea cogió el tren en Madrid para ir a pasar unas vacaciones con su familia en Galicia. Pero, como sucedió a muchas otras personas del fatídico convoy, no llegó a su destino. No fue hasta las cuatro de la tarde de ayer cuando la familia zamorana de la finada recibía la noticia oficialmente de su muerte, un acontecimiento que sumió en el dolor no solo a su hermano, sino también a su mujer y descendientes, una de las ramas de una familia que está muy unida. Todos juntos asistirán hoy al funeral.

Además de las dos personas fallecidas, cinco personas más tomaron el tren camino de Galicia la fatídica tarde del miércoles, según los datos difundidos por Adif. En Zamora capita, además de Manuel Nieto, subieron Raúl Fariza, natural de Houston con familia en Zamora y su mujer, Myrta, herida, además de otra persona de la que se desconoce la filiación.

En Puebla subieron dos peregrinos, guardias civiles y una mujer de nacionalidad argentina. Fariza viajaba en el vagón número 7, uno de los ocho que descarrilaron y acabaron volcados y comprobó cómo el convoy se salía de la vía y también vio a decenas de personas rodando por el suelo. Entre ellas, su mujer, Myrta. «El impacto le arrancó el cuero cabelludo y estaba llena de sangre por todas partes».

Residente en Madrid y madre de dos hijas

Es difícil que Andrea Hernández, natural de El Perdigón, aparezca en las estadísticas como víctima zamorana, pero en la casa de su hermano en la vecina localidad de Zamora familia y vecinos lloraron su repentina pérdida. La familia asistirá hoy a su entierro en la localidad gallega de Villagarcía de Arosa.

Un jubilado del Banco Herrero

Manuel Nieto Coscarón era un hombre conocido en la capital zamorana por su larga trayectoria profesional en el Banco Herrero, entidad en la que se jubiló. De carácter amable, educado y muy correcto, le distinguía su gran afición a los toros, que le llevó a ser uno de los primeros socios del Foro Taurino de Zamora.