Toda una vida entre historias. Así se puede definir la del librero Luis González. Su extensa experiencia como dueño de la Librería Semuret y como Presidente de la Asociación de Libreros de Zamora, le permite tener una forjada opinión de la situación del sector literario en Zamora.

-Este verano, ¿la gente se irá de vacaciones con un libro bajo el brazo?

-Las ventas, de momento, están marchando algo lentas y estamos esperando que se reactiven un poco. Esperamos al zamorano que se encuentra aún fuera y a los turistas que vienen a visitar la ciudad. Se prevé que a partir del mes de agosto, que es cuando se desplaza más gente en España, las ventas aumenten con su llegada, pero por ahora, nos mantenemos expectantes.

-¿Qué libros están siendo los más vendidos este año?

-Desgraciadamente siempre son los mismos. Ahora «Inferno» de Dan Brown y durante este año «50 sombras de Grey» de E. L. James. Aunque aquí en la librería también manejamos otro tipo de «best seller» no tan conocidos, que también se leen, pero por otro tipo de público, como «El abanico de seda» de Lisa See. Aunque el problema de los más vendidos es que una cosa son los libros que nosotros, como libreros, recomendamos, y otros los que más se venden más por la fuerza promocional que llevan a cabo las editoriales y que fomentan los medios de comunicación. Lamentablemente los mejores libros, no son los más vendidos.

-Entonces, ¿cuáles se quedan olvidados en las estanterías?

-Muchos. Nosotros aquí en la librería tenemos la experiencia de recibir, casi semanalmente, cientos de libros que pasan sin pena ni gloría por las estanterías y se devuelven casi sin salir a la luz de la calle. Además sucede en libros de cualquier género.

-¿Cambia la preferencia en el género?

-No. La novela sigue siendo la preferida por encima de todos. Aunque en los últimos años está en alza el libro de denuncia y los de autoayuda. La crisis y la situación política hace que los lectores tengan más interés libros sobre escándalos políticos o sobre cómo salir de la crisis.

-¿Por qué ningún otro género puede destronarlo?

-Porque en la novela no hay que pensar. Te están dando algo que te apetece leer y es interesante y te hace olvidarte de otras cosas cuanto más entras en la historia. Si la novela es buena, consigue abstraer de tal manera, que cuando dejas de leer, estés deseando volver a coger el libro para meterte de nuevo en él.

-Hablamos de géneros, de preferencias, pero, ¿cómo son las personas que compran estos y otros libros?

-En novela, mujer de entre 30-50 años. Esto suele ser porque son personas que antes tenían más tiempo libre y actualmente es una persona liberada, que hace su propia vida, que tiene más interés en la lectura. Por otro lado, en cuanto a ensayo, el público es más masculino, de entre 40-50 años.

-¿Y qué compran los jóvenes?

-Compran poco. Las chicas suelen decantarse por Federico Moccia y similares y sobretodo por el género de los vampiros y los hombres lobo que se enamoran. En cambio, los chicos se decantan por la fantasía, tipo «Los Juegos del Hambre» y «Juego de Tronos».

-Los niños mantienen el hábito de leer, obligados o por gusto, ¿qué les piden a sus padres?

-Los más pequeños lo que sale en la televisión como «Pocoyó» y «Bob Esponja». Después pasan a «Kika, Superbruja», «Capitán Calzoncillos» o «Gerónimo Stilton». La verdad es que tienen excesivos libros de este tipo.

-En Zamora hay una buena hornada de escritores, como José Manuel de Prada o Jesús Ferrero, ¿son profetas en su tierra los autores zamoranos?

-Los libros escritos por escritores zamoranos van bien dentro de lo que cabe se vende, porque desgraciadamente el número de ventas no se parece nada al de hace diez años. Ellos tienen un público, pero también viven una venta muy limitada en el tiempo. Se publica el libro, se presenta el libro en la prensa, la gente pregunta mucho por él, se vende muy poco tiempo y desaparece muy rápido. Debería de existir una continuidad en la edición. Los autores tienen una vida mínima porque las editoriales los van «matando».

-Internet puede ser un buen escaparate o la perdición para los escritores.

-Sí. La piratería de libros está hundiendo y es la causa de que se cierren posiblemente el 50% de las librerías y editoriales. Es ilógico que en cualquier otro país vayas a tu librería y te ofrezcan el libro en papel y en digital, a precios similares, y puedas elegir, y que en España se opte por rebajar el número de ejemplares en papel y no bajar el precio de las descargas legales. Esto hace que el número de descargas ilegales sea desorbitado y que los autores estén artos y dejen de publicar.

-¿Hacen daño también los que consiguen sacar un libro solo por su nombre o posición social?

-Completamente, pero a nivel intelectual. Este tipo de libros antes se llamaba «subliteratura» porque no tenía la calidad suficiente, se vendía en quioscos y ahora se están vendiendo como si fueran «best seller». Esto significa que el nivel cultural baja pero el económico sube. A casi ningún librero le gusta este género, pero da ingresos.