La Plataforma de Afectados por las Participaciones Preferentes de Caja España y Caja Duero celebró ayer la que fue su primera asamblea, en la que se empezaron a perfilar las acciones que la plataforma llevará a cabo para defender «el dinero de los que lo han perdido». A la reunión asistieron más de 200 personas, que llenaron un salón de actos de la Alhóndiga que se quedó pequeño.

José Luis Redondo, portavoz de la Plataforma, indicó que la organización zamorana ha servido de ejemplo a otras de similares características que se están creando en Palencia y en Valladolid, ambas referentes a las preferentes en la caja regional. Redondo indicó que las dos plataformas, que ya están en pleno proceso de constitución, llevarán a cabo varias acciones conjuntas con la zamorana para intentar buscar una solución a un conflicto «que ya se ha enquistado». Entre las primeras medidas a llevar a cabo, indica Redondo, está una petición al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, «para que medie en el conflicto y ayude a los ahorradores a buscar una solución».

«Lo que queremos», insiste Redondo, «es denunciar lo que nos han hecho y pedir también responsabilidades a los políticos, porque tienen parte de la culpa». La plataforma ya indicó que también tiene pensado solicitar un encuentro con el presidente de la Diputación de Zamora y miembro del Consejo de Caja España-Duero Fernando Martínez Maíllo, así como con la alcaldesa de la capital, Rosa Valdeón, según indicaron en la primera reunión celebrada antes de la Semana Santa. La plataforma quiere «conocer de primera mano» la opinión de estas personalidades y pedirles que «se posicionen» en un conflicto donde «nosotros somos los grandes perjudicados».

Una parte importante de los esfuerzos de la plataforma pasa con contactar con un consejero de la entidad en León «que ya ha manifestado que lo de las preferentes no se debió hacer nunca y que está dispuesto a declarar a favor de los afectados». A juicio de la plataforma, este testimonio es importante para demostrar lo que creen incuestionable: «que ha sido una estafa» y que «se ha abusado de la confianza que muchos clientes, sobre todo las personas mayores, tenían depositada en su banco de toda la vida». En este punto, en demostrar que ha sido una estafa, se basa la mayor parte de la defensa de los afectados.

José Luis Redondo hace hincapié en que «muchas personas se han enterado de que tenían preferentes ahora, porque la mayoría pensábamos que era un plazo fijo normal y corriente a cinco años». El detonante, según los afectados, se produjo cuando la entidad tomó la decisión de no pagar los intereses de estos productos financieros, «entonces muchos se dieron cuenta de qué es lo que tenían».

Además, denuncian, «hay casos especialmente sangrantes en los que el banco se ha aprovechado del desconocimiento de los clientes para colocarles preferentes». Los afectados también quieren reunirse con el presidente de la entidad «para que nos explique qué van a hacer, aunque nos han dicho que se jubila en un mes, pero también lo tiene que saber el nuevo».