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-¿No hay una conciencia zamorana de su románico?

-No la hay. Y eso se ve en el turismo en la capital y la provincia, que podría ser mucho mayor. El producto que se vende -el arte, la gastronomía y la acogida de la gente- es muy bueno. La acogida de estudiantes tiene mucho futuro y es algo que el Instituto Cervantes ha trabajado, por ejemplo, con Salamanca. En Zamora, debería haber una red de acogida con muchas expectativas de consolidarse.

-¿Quién debería promover esa red?

-Debería haber un pacto institucional a muchos niveles, entre la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento para dar juego entre la capital, Toro, Puebla y Benavente, por ejemplo.

-Reside en el corazón informativo de estos días, junto al Vaticano, donde el martes comienza el cónclave para elegir el sucesor de Benedicto XVI. ¿Cómo ha asistido a su marcha?

-Es una realidad muy complicada. Todo el mundo ha quedado muy parado ante una situación inédita y de la que no había memoria. Poco a poco, se ha ido digiriendo la situación y ha emergido la figura del Papa y su acto de humildad que marca una inflexión. Los cardenales han ido viniendo y ya hay muchas especulaciones, pese a la reserva que existe en este asunto. Iberoamérica tiene mucho peso por la cantidad de creyentes que hay allí y parece que, a priori, eso será importante. El que no haya habido un fallecimiento del papa saliente ni tampoco un periodo de luto, hace que los cardenales hayan iniciado un diálogo previo y eso podría agilizar la elección, aunque hablar de esto es «Iglesia ficción».

-¿Cómo se viven estos días previos en Roma? ¿Es tan intensa la situación o nos llega amplificada por los medios de comunicación?

-Se vive mucho en la calle, sobre todo, en Roma, claro está. Es como una final de la Champions League. Cada uno tiene su candidato en la cabeza y lo argumenta en los bares.

-¿De qué favoritos se habla allí?

-Todo el mundo habla de cinco o seis cardenales. Es el caso de Ouellet, el canadiense, que viene de un gran país, pero no una gran potencia. También se habla de Odilio Scherer, un brasileño de procedencia alemana, hay varios europeos? También se habla del italiano Schola? Las cosas deberían ir por ahí.

-Pero no se habla de ningún español?

-La presencia de españoles en Roma ahora mismo en excepcional. Todos los superiores de órdenes son españoles: Jesuitas, Escolapios, Maristas, Marianistas, Franciscanos? Cada una de ellas agrupa a unos 15.000 sacerdotes. Luego están las congregaciones, en las que se encuentra el cardenal Cañizares, un primer espada. También hay obispos y arzobispos que están bien situados.

-La crisis económica global, los problemas de España y de Italia, el abandono del Papa? ¿Desde Roma aprecian que el mundo está cambiando?

-Es el momento del mundo de los valores. Sinceramente, Zamora ahí tiene cierta ventaja. Podía haber crecido más, pero ha mantenido sus valores cristianos y una identidad donde lo histórico es cercano y las instituciones tienen apego entre la gente. Los años que vienen son de recuperar el papel del sacrificio, el esfuerzo y la solidaridad. Zamora y Aliste, que yo conozco bien, tienen unas raíces muy profundas.

-Y en Aliste tiene un familiar muy conocido por los zamoranos?

-Así es. Es la oportunidad para rendir un homenaje a mi tío Ramón Rodríguez, una de las personas que más aprecio. Fue cura de Trabazos y el pueblo lo nombró hijo predilecto. Es un vecino más y siempre recuerdo su consejo: Quien tiene a Dios nunca está solo. Esa fe muy arraigada de los zamoranos es lo que permite a la gente salir adelante.